SOCIEDAD
Eternos caballeros legionarios
En Torremolinos se ancla una hermandad de legionarios retirados que todas las semanas reviven la época en la que defendieron la bandera
Aun licenciados y retirados, sin encontrar la gloriosa muerte que el credo legionario les anima a buscar, siguen engalanando la camisa verde abierta en el pecho, muestran tatuajes de los tercios que defendieron y hacen retumbar el suelo con el sonido de la bota cuando el cornetín de ordenes manda a formar. «Todos pertenecieron a la legión. Muchos pasaron por la legión en la mili y otro son profesionales que están en la reserva», explica el Teniente Cinta, que comanda este batallón de veteranos. Se trata de la Hermandad de la Legión de Torremolinos, que aglutina a 62 hombres que en otra vida pertenecieron a alguno de los tercios legionarios de España y que ahora vuelven a estar dentro del cuerpo que tanto aman.
El orgullo de ponerse el «chapiri» delata a estos eternos caballeros legionarios, que siguen vinculados al ejército, que les cubre en caso de lesión en alguna de las actividades y que les permite lucir las insignias nacionales. Algo más de medio centenar de hombres que se han juntado para reverdecer viejos laureles. «Las hermandades no existen entre los soldados activos, sino entre los retirados. Estos colectivos te permiten conocer gente que ha estado destacada en diversos lugares y que cuentan su historia, visten su ropa de veterano y reviven aquel tiempo», señala el Teniente Cinta.
Pese a que están retirados, siguen luciendo el uniforme, abierto hasta la barriga, tienen su escuadra de gastadores y su propia banda, algo que les diferencia de otras hermandades legionarias. «La banda está formada por gente que estaba en las bandas de los diferentes tercios y que viven en la provincia de Málaga», añade Cinta. Una hermandad que se nutre de gente de todos los municipios de Málaga y que, además de desfilar, organizan conferencias sobre la legión, conciertos benéficos y colaboran con la Fundación Tercio Extranjero, que tiene una casa de acogida en Málaga para antiguos caballeros legionarios.
En la hermandad hay gente de todas las edades. Los hay jóvenes, que debieron abandonar la legión hace pocas fechas, pero como explica Cinta los hay de 45, 50, 60 y hasta 70 años. El más veterano es José González, conocido como «Pepe» por sus hermanos. En su solapa luce un camello, símbolo de haber estado destacado en el Sáhara. Es de los más veteranos y cuenta ya 71 años. En otro tiempo, llevó durante tres años el carnero, pero la hermandad le ha hecho vestir la chaqueta azul e ir con las autoridades. Sus compañeros dicen que representa como nadie al colectivo. «El que viste el gorrillo y la camisa legionaria lo hace hasta la muerte. El haber sido legionario se lleva en la sangre», aseguró «Pepe», quien comparte historias con sus compañeros todas la semanas.