Sanidad
Una enfermera renuncia a su contrato con el SAS tras pasar una guardia nocturna de auténtica pesadilla
«No quiero volver a vivir una noche así», asegura después de haberse visto sola para atender a 36 pacientes
Susana Díaz acudió este miércoles a Málaga para ensalzar la política sanitaria andaluza, pero no eligió un buen día precisamente. A la «andanada» de comunicados de los distintos sindicatos criticando la escasa inversión en la provincia, los recortes de médicos en las Urgencias y el crónico cierre de camas que se produce durante la época estival, se le sumó el conocimiento de un caso que personifica las consecuencias de esta situación denunciada por los profesionales sanitarios y que sistemáticamente rechaza el Ejecutivo andaluz.
Lo protagonizó una enfermera del hospital Clínico de la capital, con 13 años de experiencia, pero sin plaza fija, y que ha presentado la renuncia después de que el pasado domingo se encontrase sola para atender las necesidades de 36 pacientes ingresados . Una decisión que adoptó tras una «eterna» madrugada de «ansiedad, angustia e impotencia» y por la que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) la ha sancionado con dos meses sin poder trabajar .
Esta profesional, que atendió a ABC con el compromiso de respetar su anonimato, explicó que los hechos que han motivado su renuncia se produjeron en la planta de Digestivos del citado centro, en su cuarta noche de trabajo de un contrato que arrancó el pasado día 1 de julio y que debía expirar el 15 de agosto. «La compañera que tenía que estar conmigo, llamó diciendo que no se encontraba bien y que no podía acudir a su puesto, por lo que llamé al supervisor de guardia, que me respondió que no habían encontrado sustituta y que hiciese lo que pudiera », relató.
Sin experiencia previa en planta
La enfermera, con experiencia en consulta y quirófanos, pero no en planta, tenía que afrontar toda una madrugada con un programa informático distinto, cuyo manejo no le habían enseñado, y un total desconocimiento de dónde estaba el material. « No me dijeron ni como se usaba el desfibrilador o el aparato de electrocardiograma», se quejó.
Siendo consciente de que no iba a contar con ayuda, trató de hacer su labor lo mejor posible: «Hablé con los pacientes, a los que pedí disculpas y rogué que tuvieran paciencia, y recé para que en toda la noche no ocurriera nada gordo ».
Aunque sus ruegos no fueron escuchados. A la muerte de un enfermo –que requiere una compleja tramitación documental-, se sumó que la planta de Digestivo es especialmente delicada porque los ingresados en ella suelen padecer dolencias dolorosas y «comenzaron a sonar los timbres de alarma para demandar calmantes».
El reparto de medicamentos que debía concluir en torno a medianoche, finalizó a las tres de la madrugada; y mientras tanto, «la gente salía a los pasillos preguntando que qué pasaba». « Decidí atender primero a los que sentían más dolor, pero a las 6:00 había que hacer otro reparto de fármacos , además de realizar los informes para los compañeros que se incorporaban por la mañana y las analíticas», manifestó, para agregar que volvió a comunicar a sus superiores que estaba desbordada y la respuesta fue: «Haz lo que puedas».
Amenazada por ir al sindicato
«Sentía una gran ansiedad, y notaba cómo me limitaba. Lo que viví es una situación desagradable y una gran impotencia», por lo que cuando acabó su turno, a las 8:00 del siguiente día, esta profesional no lo dudó ni un momento: «Fui a mi sindicato -Satse- para contar la noche que había vivido y después al departamento de Administración para renunciar al contrato» .
A esta enfermera se le advirtió de que si daba ese paso, sería sancionada por el SAS sin poder trabajar durante dos meses, pero lo tenía claro: «No quiero volver a vivir una noche así».
La profesional, que quiso «dar las gracias a los auxiliares, que trataron de ayudarme en todo lo posible», afirmó –no obstante- que este episodio no ha hecho que se replantee su futuro laboral, pero si quiere que su experiencia sirva para poner de relieve la situación de la sanidad andaluza , «con falta de personal y contratos al 33 por ciento de la jornada».
Este caso se ha conocido tan solo un día después de que el citado sindicato hiciese público su informe sobre el cierre de camas en los centros hospitalarios de la región y que –un año más- ponía de relieve el «empobrecimiento» del sistema sanitario de la comunidad. Una argumentación que también sostienen CSIF, CC.OO o el Sindicato Médico.