Encuentra 3.000 euros en Lotería de Navidad en el capó de un coche en Málaga y se los entrega a su dueño

Andrés Quesada llegó a su casa de Málaga capital el pasado miércoles por la tarde. En torno a las 18.30 horas, saludó a su madre y se puso los cascos con música mientras iba para su habitación, pero al mirar por la ventana vio una cartera de lotería en el capó de un coche . Estaba abandonada. «En la calle no había nadie», asegura el joven, que llegaba de tomar café. «Lo vi desde mi ventana en el tercer piso y bajé a ver qué era», asegura Quesada, que lo que encontró fue un buen número de décimos de Lotería de Navidad.

Era un suculento botín, pero prefirió devolverlo. «Mínimo había 95 boletos, pero me dijo el dueño que tenía en la cartera más de 3.000 euros» , afirma Andrés Quesada de 27 años. Después del hallazgo, recogió la lotería perdida y dejó una nota en el coche donde encontró la caperta diciendo quién era y el teléfono, por si el dueño la veía. «Tengo tus décimos y los dejo a la Policía», escribió en la nota.

Luego llamó a los agentes, que se personaron en el lugar de los hechos ante el aviso. Al llegar la patrulla a la barriada de Teatinos, Andrés se identificó, le dio los décimos y se marchó , ya que tenía que regresar a casa para comenzar a trabajar.

El joven no había recorrido 20 metros cuando le sonó el teléfono. Al otro lado de la línea estaba el vendedor, que ya había recuperado los boletos perdidos de mano de los agentes a los que se los entregó Andrés. «Me dijo donde estaba y quedamos antes de volver a casa. Me dio las gracias y nos regaló a los agentes y a mí unos euromillones como agradecimiento », recuerda Quesada.

El hombre había recuperado una importante inversión. «Debía ser un vendedor independiente, porque los décimos tenían recargo», recuerda Andrés, quien reconoce a este lotero de verlo por el barrio. «Sabía que eran suyos porque en la carpeta había una fotocopia de su DNI» , señala Quesada, quien recuerda que le dijo al vendedor que se pasara al día siguiente por su trabajo para comprarle uno de los décimos. «A ver si es una historia de suerte y toca en el número. Por lo menos para llevar alguno», afirma el joven.