SOCIEDAD

Los empresarios quieren una feria del lujo «que no sea un mercadillo»

Prentenden recuperar un evento que se base en la iniciativa privada y la exclusividad

Una de las joyerías de lujo de Puerto Banús / J.J.M.

J.J. MADUEÑO

Los empresarios del lujo de Puerto Banús quieren un Marbella Luxury Weekend que vaya acorde al sector y a los clientes que se acercan a la ciudad. Ante la deriva que había tomado la feria en los últimos años, los empresarios han decidido no apostar por el formato que propone el gobierno municipal y van a diseñar una nueva fórmula que vaya acorde a las necesidades del sector en la localidad. «Ponemos nuestro dinero y nuestro esfuerzo. Se ha convertido en un mercadillo que no tiene aliciente para nuestros clientes», remarcaba Miguel Gómez y Molina, gerente de la joyería Gómez y Molina y uno de los fundadores de la feria del lujo de la ciudad.

Ante la negativa de los empresarios a apoyar «un batiburrillo que no aporta beneficios a nadie» , el Ayuntamiento ha tenido que anunciar que la cita no se celebrará este año por no tener «el respaldo del sector privado». Sin embargo, los empresarios apuestan por una feria alternativa. «Este año vamos a hacer algo más pequeño, pero más potente . Es mejor una buena fiesta que diez verbenas», sentencia Miguel Gómez y Molina.

Las razones por las que se apuesta por el cambio es que el evento atrae cuantiosos beneficios a la ciudad cuando se hace bien. «Tenía impacto internacional y debemos trabajar para que salga adelante, si no es este año en los siguientes», señala Juan José González, presidente del CIT Marbella. Una apuesta que parece decidida en el sector del lujo local, ya que los empresarios afirman que la feria se va a hacer y que van a invitar al Ayuntamiento. « Será una iniciativa privada ; si quieren que se sumen», añadía el joyero.

Una ruptura con el equipo de gobierno que se produce porque «se ha perdido la identidad de la feria». « El cliente de productos y servicio de alta gama pide exclusividad y no la hay», remarcaba Gómez y Molina, quien explica que el evento ha tomado «unos derroteros que no gusta a los empresarios».

«Más vale poco y bueno, que mucho y regular» , señalaba el joyero, quien asegura que debe haber una entrada restringida, para que los datos sean reales y se puedan dar fiabilidad a las marcas que invierten. «No es los mismo que vengan 150 personas invitadas a un evento y haya 125 clientes, que vengan 300 personas y haya 50 clientes», remarca Gómez y Molina, que señala a la masificación del evento como el principal problema para recabar la financiación privada.

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