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Así es la empresa de férulas flexibles en cuyo accionariado ha entrado la Fundación Unicaja

Fiixit, la empresa creada por Raquel Serrano, es el primer proyecto que la entidad respalda económicamente a través de la sociedad Fundalogy, que impulsa proyectos tecnológicos emprendedores

Raquel Serrano posa junto a las férulas que diseñan en Fiixit Francis Silva

Pablo Marinetto

«Quien tiene recursos juega mejor». Con esa frase responde Raquel Serrano cuando se le pregunta por el apoyo económico que ha recibido Fiixit, la empresa que creó en 2016 para fabricar férulas hechas a medida con impresión tridimensional . Su spin-off será el primer proyecto que respalde Fundalogy, la sociedad creada por la entidad para impulsar iniciativas emprendedoras que ayuden a la sociedad a través de las nuevas tecnologías y la investigación.

Con la incorporación de la sociedad se abre un infinito abanico de posibilidades para la empresa de esta malagueña ubicada en Alhaurín de la Torre. «Estaba desencanta con los inversores, porque no había encontrado a nadie que apostara de verdad», explica la joven a ABC. El pasado mes de julio se interesaron por su proyecto y a finales de diciembre Serrano y el director general de Fundalogy, Javier de Pro, firmaron el acuerdo. Acaban de recibir una primera aportación y en seis o siete meses habrá una segunda, que Serrano espera que sea el «impulso definitivo».

Aunque prefiere no hablar de cifras, asegura que se trata de un buen respaldo económico, que le va a permitir no solo ampliar los equipos actuales, sino incorporar caras nuevas a su equipo y crear un grupo de ventas a nivel nacional para poder visitar ortopedias y hospitales de toda España . Hasta ahora, ha llevado a sus espaldas todo el peso de la empresa, desde el diseño de las prótesis hasta las gestiones comerciales. Todo un ejemplo de emprendimiento y constancia que en julio del año pasado recibió un reconocimiento inesperado.

El Rey Felipe VI condecoró a Serrano con la cruz de la Orden al Mérito Civil en un acto celebrado por el quinto aniversario de la coronación del monarca. Un revulsivo para esta joven malagueña que ha seguido trabajando en su taller para mejorar la calidad de vida de los pacientes con estas férulas con las que poco a poco se podrá decir adiós a las tediosas escayolas.

Una de las ventajas para Serrano de este acuerdo es que podrá continuar con la transformación del modelo de negocio. Según explica, van a comenzar a imprimir dentro de las ortopedias para reducir los costes y el impacto ambiental y mejorar los tiempos de producción. «Parece una tontería, pero todos los pacientes quieren la férula para ayer», explica.

Actualmente pueden producir en torno a 15 o 20 órtesis diarias, aunque depende del tamaño. Si hasta el momento se habían centrado en las fracturas, afrontan esta nueva etapa con la vista puesta en diversificar sus productos, investigando con nuevos materiales y diseños. «Queremos empezar a hacer corsés que sean más ligeros y menos molestos ; investigar y desarrollar todo lo que se puede hacer en ortopedia», señala.

Consolidar el negocio

Se declara una «enamorada de Málaga y Andalucía» y quizá sea eso lo que le hace avanzar con paso firme, pero con los pies en la tierra. Aunque ya ha recibido llamadas de Alemania, Francia y varios países latinoamericanos, su objetivo a corto plazo es, precisamente, consolidar su negocio en el sur para después ir creciendo. «El que mucho abarca, poco aprieta», recuerda. Ya trabajan con 60 ortopedias en el territorio nacional y es a través de ellas por donde hacen llegar sus creaciones a los clientes.

«Diseñamos un producto sanitario y necesitamos el consentimiento de un médico , que es quien realmente es responsable de la patología», subraya. Al mismo tiempo que destaca la importancia de contar con los ojos y las manos de un técnico de ortopedia para tener la tranquilidad de que todo lo que diseñan y producen llega al cliente en perfecto estado y lo coloca una persona cualificada.

Las férulas de Raquel Serrano pesan menos que el yeso y son impermeables, pero sus virtudes van más allá y es lo que marca la diferencia. Por su estructura permiten dejar al aire libre las heridas y evitar posibles infecciones ; dar baños de frio y calor en la zona para activar la circulación e incluso viajar en avión, algo que se desaconseja a quienes portan una escayola debido a las diferencias de presión.

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