TURISMO
La «disciplina militar» que forja los mejores directores de hotel
Les Roches es una de las escuelas de hostelería más prestigiosa del mundo y su éxito se contrapone con la decadencia de la iniciativa pública
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La jornada en Les Roches Marbella empieza a las 6.00 horas. Suena el despertador. Los alumnos, que en los dos primeros años viven obligatoriamente internos en la escuela, se preparan para pasar revista antes de irse a clase. Forman todos, cada uno con el uniforme que le toque para ese día. Los profesores pasan examen. «Lo miran todo, si están bien afeitado, si la ropa va bien planchada, si están bien cortadas las uñas, el peinado o el nudo de la corbata. Todos los detalles», detalla Arnold Amrhein, uno de los estudiantes de último año, que se está preparando para graduarse con honores. «Es una disciplina casi militar» , explica Carlos Díez de las Lastras, director de Les Roches Marbella.
Los estudiantes son sumergidos en un sistema que les exige amoldarse a los niveles de presión que supone la dirección de una cadena hotelera de lujo. La disciplina lleva al éxito, que se contrapone con la decadencia de las escuelas públicas de hostelería gestionadas por la Junta de Andalucía. De donde salieron grandes talentos como Dani García , pero que en los últimos años han sufrido procesos de cierre y abandono. En Les Roches la historia es otra. La iniciativa privada forma profesionales que han llegado a gestionar la organización de los Juegos Olímpicos y que siguen nutriendo a las principales empresas de lujo del mundo. «Enseñamos el comportamiento desde la acción», apunta el director. El que llega un minuto tarde es sancionado o quien no lleva la vestimenta apropiada o el que no tiene un comportamiento adecuado. «Si se pierde dos de los seis puntos de comportamiento se es expulsado», añade Díez de las Lastras, que señala que así se cambia el hábito de los alumnos para adaptarlos a sus futuros empleos .
«Les exigimos mucho, pero también les compensamos con un departamento de profesionales para que puedan adaptarse y responder», señala José Emmanuel Soler, director del servicio de estudiantes, que apunta a que cuentan con programas deportivos, culturales, diferentes clubs sociales o una psicóloga que les ayuda en los momentos más duros o a pasar situaciones personales que les puedan afectar en su rendimiento.
El campus tiene la residencia, los lugares de clase, zonas de estudio, áreas deportivas y cuatro restaurantes, donde los alumnos son los que gestionan el servicio, dependiendo de los turnos que tengan. «Tienen cuatro fraternidades, como en las universidades americanas, que se forman con alumnos de varias nacionalidades y que compiten entre ellas», reseña Patricia Rodiles, directora de desarrollo institucional. «El 80 por ciento de nuestros alumnos son internacionales» , afirma Díez de las Lastras, quien añade que esto obliga a los estudiantes a entender lo que es trabajar codo con codo con gente de otras culturas. «Lo normal es encontrarte compañeros que hablen seis y siete idiomas», apunta Arnold Amrheim, que destaca un ambiente cosmopolita en el que la principal enseñanza es «aprender a resolver conflictos para convivir con gente muy diferente». Se hace en un sistema educativo donde se aprende con la práctica , en inglés y con un c oste aproximado de 150.000 euros para los tres años de curso.
La institución ha formado en sus cuatro campus (Marbella, Montana, Chicago y Shanghái) más de 12.000 altos directivos hoteleros de 120 países. «En Marbella son unos 3.600 directivos los que han salido para las principales cadenas del mundo», explica Soler. Cada semestre 40 empresas internacionales como Ritch o Four Season llegan a fichar futuros directivos. «Tienen que venir y competir con otras grandes cadenas por hacerse con el talento de nuestros estudiantes . Eso les hace que luego los cuiden mejor», afirma el director de Les Roches, que asegura que no sólo hay empresas hoteleras, ya que firmas como Louis Vuitton, Cartier o Qatar Airways son también compañías que se acercan a contratar jóvenes en la escuela.
En la otra cera de la formación están casos como el CIO Mijas, cerrado y abandonado, ahora comienza a andar después de años de penurias y de unos trabajadores desamparados durante más de 30 meses . Pero no funciona el hotel y tampoco el restaurante , donde se aprendería con la práctica. La formación está paralizada. Los cursos sí han comenzado en La Cónsula o la Fonda, donde los problemas se están convirtiendo en endémicos. Los cursos avanzan, pese a algunos retrasos al comienzo de año y se esperan iniciativas para activar lo que un día fue un restaurante de referencia. La administración pública no puede garantizar a sus alumnos, en estos momentos, acceso a las principales empresas mundiales .
«Les Roches es una referencia internacional que se reconoce por su ética y formación», explica Amrhein, que comenzó a estudiar en Shanghái, pasó a hacer prácticas en la cadena Rosewood en Londres y luego en Los Ángeles. Ahora termina su formación en Marbella, mientras recibe varias ofertas de trabajo para cuando acabe. Cada alumno tiene una media de cinco ofertas al acabar su formación. Algo que se consigue con disciplina, pero también con humildad. Los alumnos pasan por todos los procesos de gestión hotelera, desde limpiar una habitación, reparar una avería de fontanería o electricidad a llevar la contabilidad de toda la cadena. « Un directivo tiene que tener la humildad de hacer el trabajo de la gente que tiene que dirigir », explica Carlos Díez de las Lastras.