Agresión con ácido en Cártama

Así fue la detención del «Melillero»: escondido debajo de una cama tras huir de 200 agentes con un señuelo

La Guardia Civil detuvo a cinco personas por ayudarle en la huída de la ley y no descarta que haya nuevos arrestos

VÍDEO: El «Melillero» detenido por la Guardia Civil ABC/ G. CIVIL

J.J. Madueño

Fue una noche intensa para detener al «Melillero». No cabía ni un error. Los agentes estaban preparados para cuando saliera de su escondite. Estaba cercado. Familia vigilada y víctimas con orden de alejamiento protegidas. No tenía donde ir y dio la cara sobre las 21.00 horas a lomos de una Yamaha con otra moto como señuelo para despistar a los agentes . La Guardia Civil señala que el compinche tiene antecedentes por narcotráfico y otras causas pendientes, tanto él como su entorno familiar. La Policía Local de Mijas fue la primera que lo vio y comenzó la segunda persecución en los tres días de fuga de este brutal criminal, que roció con ácido a su exnovia y a una amiga. Ambas graves desde entonces.

Su foto iba en el coche patrulla como el enemigo que no podía volver a escapar y el pie apretaba a fondo en el acelerador detrás de aquella moto. Así subieron por el Camino de Coín en Mijas y giraron para el diseminado rural de Entrerríos. El dispositivo para cogerlo estaba al cien por cien. Más de 200 agentes desplegados con el apoyo de seis patrullas de la Policía Local de Mijas en la operación «Tindra». La Guardia Civil no lo iba a dejar huir otra vez y, en la carretera para este diseminado rural, lo esperaba un coche camuflado que participaba en el seguimiento, que no vio y se llevó por delante.

El «Melillero» cayó al suelo, pero se levantó y salió corriendo. En el control debajo del puente de Entrerríos un agente preguntó a la Policía Local que hacía el seguimiento. «¿Lo habéis cogido?» . El otro negó con la cabeza desde su coche patrulla. El sospechoso de rociar con ácido a dos chicas en Cártama se había escapado a pie por el monte. Subiendo y bajando montañas, buscando otro agujero en el que ocultarse, pero el operativo lo tenía todo cerrado. Hasta sabía quiénes eras sus compinches .

La Guardia Civil y la Policía Local había controlado la zona con los planos, había apoyo aéreo de un helicóptero con visión nocturna y todos los posibles escondites estaban vigilados. Cortijos, cobertizos, zonas de ganadería... El Grupo de Acción Rápida, antes Grupo Antiterrorista Rural (GAR), llegó a toda velocidad y se desplegó para darle caza entre la montañas, cada milímetro de terreno estaba controlado. Se sabía de quiénes eras las propiedades y dónde se podría dirigir.

Así lo vieron entrar en un cortijo rural. El operativo se fue a por el «Melillero». Según fuentes consultadas por ABC, entraron en esta construcción donde sabían que estaba el sujeto . El GAR era la avanzadilla, pero la detención la llevó a cabo el Área de Investigación del puesto Principal de Mijas apoyados por la unidad de élite sobre las 23.00 horas. A estos se unió la Policía Judicial de la Comandancia de Málaga y efectivos de Seguridad Ciudadana en apoyo.

Momento del arresto debajo de la cama del «Melillero» ABC

Agentes del operativo consultados por ABC explican que no se resistió a la detención y que estaba escondido en una especie de palomar o altillo, debajo de una cama . «No opuso resistencia, todo lo contrario, estaba temeroso de los agentes», remarcan las fuentes a este periódico. Una vez esposado fue conducido a la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, donde puede estar hasta 72 horas antes de su paso a disposición judicial.

La Guardia Civil confirma que estaba con dos personas, que también fueron arrestadas. La Guardia Civil no descarta más arrestos por darle cobertura en la huida . En total van cinco detenidos. Este sábado se ha procedido al registro de la construcción donde estaba oculto en busca de más pruebas y de más compinches del agresor del ácido.

Fue el colofón a tres días de huida de la ley. El pasado martes, el «Melillero» supuestamente roció a su exnovia y a una amiga con ácido sulfúrico al 98 por ciento . Huyó del lugar en un Golf R 300. El vehículo fue detectado por un radar en Casabermeja (Málaga), el pueblo del que es su exnovia, al día siguiente por la noche. Desde allí comenzó una persecución por toda la Costa del Sol hasta Mijas. Intentó atropellar a un agente, se saltó un control y circuló a más de 200 kilómetros por hora para dar esquinazo a la Guardia Civil, Policia Local de varios municipios y Policía Nacional.

Ese miércoles, abandonó el coche averiado en el cementerio musulmán de Mijas, una zona con pocas viviendas, apartada y detrás de la depuradora. Allí se esfumó y se escondió en Las Lagunas , el núcleo de población mijeño donde se ha criado desde su adolescencia y desde el que salió en moto el viernes para trata de huir de la ley sin éxito.

Su último periplo acabó este viernes con las esposas puestas para que responda por todas las cuentas pendientes con la ley, entre ellas siete órdenes de detención, tres requisitorias de entrada en prisión, una condena por pegar a un policía y varias peticiones de cárcel por parte de la Fiscalía.

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