BENÉFICO

Un desfile infantil de esperanza en Málaga

Unos 200 niños participaron en Málaga en un pase de moda benéfico de la Archicofradía Paso y Esperanza ante más de 500 asistentes

Un momento del desfile de la diseñadora Laura Guerrero ABC

J.J. MADUEÑO

Bajo los focos y la música. Saliendo desde el «backstage» como las grandes figuras de la moda. No son Kendall Jenner, ni Gisele Bündchen –las dos modelos mejor pagadas de 2017 según «Forbes»–, pero han conseguido despertar la ilusión de un buen puñado de malagueños, que se acercan a verlos desfilar, como si de grandes estrellas se trataran, por una buena causa. El pasado domingo, unos 200 niños fueron los encargados de dar vida al desfile benéfico de la Esperanza de Málaga . Ese que cada año, en nombre de la «Reina» de la ciudad recoge fondos para los que más lo necesitan. Este año, como ya es habitual, se celebró en el hotel NH, justo a la espalda de la ilustre cofradía, para pintar la navidad de un verde caritativo.

Estrellas de la pasarela por un día. Posaron y desfilaron con los modelos de, al menos, una decena de establecimientos malagueños. Con si estuvieran en los grandes pases de Nueva York, Milán o París, pero desde el corazón más puro: el de los niños. Aquellos que con una inocente caminata sobre las tablas pueden hacer que la vida de los que pasan necesidad sea un poco más llevadera. La razón de este «desfile de esperanza» es benéfica. Se trata, al fin, de recaudar fondos para la bolsa de caridad de Paso y Esperanza, que este año va a destinar unos 180.000 euros acciones caritativas.

La del domingo fue una acción más en esa recaudación de fondos. Se vendieron unas 500 entradas . «Se han recolectado unos 6.000 euros», explica Carlos López Armas, hermano mayor de la Esperanza, que argumenta que el dinero va a ayudar a familias en situaciones exclusión de social. A aquellos que rezan a la Virgen o al Cristo buscando un apoyo vital para su familia, un trabajo, un ingreso o una ayuda para poder sacar adelante un hogar. «El dinero va a las familias más necesitadas, comprándoles comida o pagando facturas de alquiler y electricidad», explica Carlos López Armas.

Y en eso todo el mundo se implica. Lo hace el hotel NH que se encarga del montaje de todo. Las tiendas, que ponen su género a disposición, o los peluqueros y maquilladores, que trabajan gratis para que los pequeños, nunca mayores de 13 años , luzcan sobre la pasarela verde. «Los niños son clientes de estos establecimientos o los hijos de los hermanos de la cofradía», señala López Armas, quien apunta que a todo se desarrolla en un ambiente festivo y que se hace por una buena cusa, bajo la mira de la Reina de Málaga.

El dinero llega con una sonrisa. Se aporta a la bolsa de caridad y ésta reparte entre las diferentes acciones que lleva a cabo la hermandad cada año. No sólo paga facturas y compra alimentos a las familias necesitadas, también colabora con diferentes asociaciones que atienden a las personas sin hogar , a aquellas que ahora que llega el frío necesitan una manta, una muda o un café caliente para pasar la noche. La Esperanza es parte de la fundación Corinto , ese economato social que varias hermandades formaron para rebajar los precios de los alimentos a las familias con menor poder adquisitivo. Y es parte de los diferentes proyectos benéficos que se organizan desde el Obispado. Para ello, hacen diferentes acciones, como el desfile infantil, que Eva Parra alumbró con una amiga hace cuatro años en la casa hermandad con ropa de comunión. El tiempo lo está haciendo crecer y ya lleva recaudados unos 24.000 euros entre todas las ediciones .

Un desfile infantil de esperanza en Málaga

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