Desescalada Andalucía

Más reencuentros familiares que turistas en el aeropuerto de Málaga en los vuelos internacionales

Con medio centenar de conexiones se está lejos de las 400 diarias que hay un mes de junio antes de la pandemia

Parejas que se vuelven a unir y familas que se reencuentran con la llegada de los vuelos internacionales Francis Silva

J.J. Madueño

Una familia de Sevilla espera en el aeropuerto de Málaga sobre las 15.00 horas del lunes. En la puerta de Llegadas, el padre relata que su hijo viene en el avión procedente de Cork (Irlanda). Pudiera ser una estampa habitual, pero después de estos meses casi cerrado, con su actividad reducida al mínimo, el principal aeródromo de la comunidad volvía a la vida con la llegada de los primeros vuelos internacionales . «¿Seguro que ésta es la puerta?», pregunta la madre del viajero cuando el joven se retrasa. Es la impaciencia de muchos de los que se concentran a la salida de una terminal cerrada al público para evitar aglomeraciones de familias esperando. Los chóferes de los transportes esperan con los carteles de los nombres de aquellos que deben trasladar a sus residencias.

Equipajes abundantes, mascarillas, control de temperatura y formulario para evitar síntomas antes de salir del aeropuerto. Dos niños procedentes del vuelo de Glasgow juegan con sus maletas como si fuera un patinete, tras pasar los controles de seguridad. «Sí, nos han tomado la temperatura aquí al salir del avión . También lo hicieron en Zúrich», explica Yolaiza, que se fue de vacaciones con su pareja a Tailandia antes de decretarse el estado de alarma el pasado 14 de marzo.

Emoción tras tres meses de espera F. Silva

Al cerrarse las fronteras se quedaron en el país asiático. «Tres meses atrapados en el paraíso» , apunta la pareja, que cuando la pandemia se ha controlado en España y se ha podido volver a volar han regresado. «Aquí se estaba pasando peor que allí. Nosotros estábamos tranquilos», señala Yolaiza, mientras abraza a la familia que ha venido a recogerlos para devolverlos a casa.

El exterior de la terminal de Llegadas del aeropuerto Costa del Sol es una explosión de emociones. «Al fin», le dice una señora a la persona que la recoge a su llegada desde Escocia, al lado de una pareja que se besa con la mascarilla puesta y una madre que abraza a su hija en la llegada de uno de los vuelos que viene de Gran Bretaña. Ocurre ante los ojos de un enamorado, que espera con un ramo de flores a que su pareja baje del avión de Liverpool.

Es otro de los casi 50 vuelos que han registrado , entre nacionales e internacionales, Málaga este primer lunes de «nueva normalidad». Lejísimos de los 400 diarios que podía haber cualquier día de junio del año pasado pero mucho, mucho más que los apenas cuatro que han volado durante lo peor del Covid.

Pocos son turistas, casi todos residentes . No llega a la decena los trasportes fletados, en uno de ellos una pareja joven, que comenta el vuelo. Abrazos, besos y lágrimas, como las de Antonio, que no espera a que la pequeña Alannah salga a la calle. Entra en la terminal para recibirla. Es su hija de dos años, lleva tres meses y medio sin verla y no puede contener la alegría. «Ya ni se acuerda de mí» , asegura emocionado. Se fue con su madre a Irlanda cuando se decretó el estado de alarma aprovechando el teletrabajo. Iban para quince días, pero llegaron el lunes entre lágrimas de emoción.

La pequeña Alannha volvió a unir a sus padres tres meses y medio después F. Silva

María Isabel acaba de recoger a su hija procedente de Tenerife después de estar todo el confinamiento separados. «Mi hija tenía miedo por el vuelo, ya que no había distancia en el avión. Están masificados », afirma esta mujer mientras su hija hace una reclamación. Lo mismo cuenta Silvestre que, después de medio año, ha entregado a sus nietos las gorras del Loro Parque, al decir que han venido uno en cada asiento. «Uno sabe que hay riesgo en todos lados, pero depende de la vida que lleves, pero mis nietos están contentos y nosotros venimos a hacerles mimitos », afirma este tinerfeño.

Mientras, la terminal de Salidas se concentra en la Pablo Ruiz Picasso, dejando el resto del aeropuerto cerrado. Allí dos agentes de fronteras explican que es el primer día en el que se comienza a notar movimiento de viajeros. «L o que más preguntan es dónde está el acceso porque al estar cerrado el habitual se ha desplazado . Hoy en el panel hay más vuelos, pero el domingo había cuatro y antes ninguno», explican.

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