60 aniversario

Así se descubrió la Cueva de Nerja

Cinco amigos entraron buscando murciélagos el 12 de enero de 1959 en una gruta que se ha convertido en el monumento natural más visitado de Andalucía

Vista de la Cueva de Nerja, que cumple 60 años ABC

J.J. Madueño

Eran cinco amigos adolescentes que subieron una tarde al monte a cazar murciélagos desde la pedanía nerjeña de Maro. Se dirigían a la Cueva del Cementerio, cerca de la actual Cueva de Nerja. La idea era coger algunos de esos animales y «jugar» un rato con ellos. Estaban por la zona buscando bandadas para pillar a alguno de estos mamíferos nocturnos, cuando un grupo numeroso llamó su atención. Se metieron entre unas rocas y se perdieron. Los cinco amigos buscaron y hallaron una cavidad entre unas estalagmitas .

No podían acceder al lugar donde estaban los murciélagos y decidieron que iban a regresar otra tarde. Al día siguiente, el 12 de enero de 1959 , Francisco Navas, los hermanos Miguel y Manuel Zorrilla, José Torres y José Luis Barbero –homenajeados este viernes– volvieron armados con un martillo y una linterna para buscar la bandada de estos animales.

Rompieron las estalagmitas de la Torca Chica para poder acceder. Una vez que tuvieron abierto un agujero para poder entrar, no podían saltar a la oscuridad, así que decidieron testar si había un lugar donde posarse al bajar.

Los cuatro descubridores vivos junta a la viuda de José Luis Barbero durante el homenaje del viernes J.J.M.

Manuel, que era el más corpulento, cogió de los pies a Francisco, el más menudo, y se deslizó por la pared. Agarrado por su amigo bajó hasta que comprobó que había un suelo firme donde caer . Entonces los cinco amigos entraron por el agujero que habían hecho. Descendieron hasta una cavidad, donde se suponía que estaban los murciélagos, pero no los hallaron. « La estancia donde estábamos era pequeña . Allí no podía estar la bandada de murciélagos que habíamos visto», recuerda José Torres.

Entonces, decidieron quedarse callados en la oscuridad, intentado adivinar por dónde entraban y salían los animales. Se percataron que lo hacían por un pequeño agujero en la pared . Comprobaron que no era piedra. Se trataba de una composición de excrementos de murciélago, barro y «chupones», como los chicos llamaban a las estalactitas y estalagmitas de la cueva en aquellos primeros pasos del descubrimiento.

Al comprobar que había zonas blandas, dieron patadas donde estaba el agujero para hacer caer el barro y el excremento de los murciélagos. Volvieron a abrir una nueva oquedad por las que acceder a una sala mayor , era la «sala de la cascada», una de las más conocidas por ser ahora el auditorio para figuras como Ainhoa Arteta.

Manuel Fraga visitó la Cueva de Nerja en 1963 SUR

Aquellos jóvenes de entre 14 y 21 años no solo descubrieron la guarida de los murciélagos, sino el monumento natural que más visitas recibe de Andalucía con más de 450.000 personas en el último año y con una fundación que maneja un presupuesto de 4,3 millones de euros.

Los cinco amigos salieron de allí asombrados y se llevaron los restos de un cuerpo fosilizado. «Les dije que era uno que había ido allí como nosotros», recuerda Manuel Zorrilla. Los chicos se fueron directos a casa de sus maestros en Maro y, cuando contaron lo que habían visto, no los creyeron . Fueron los restos fosilizados lo que hizo ver a los profesores que tenían razón.

A los pocos días volvieron con los maestros, que comprobaron el descubrimiento y se sacaron las primeras fotos. Actualmente, un tercio de su superficie es visitable , la zona conocida como Galerías Bajas o Turísticas, que se extienden por 9.371 metros cuadrados. Por otro lado, las Galerías Altas y las Nuevas, descubiertas en 1969, están cerradas al público.

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