DESAPARECIDO

Desaparece en plena repatriación un esquizofrénico malagueño que llevaba dos años como mendigo en Perú

La familia busca a Agustín González después de que no hiciera transbordo en Barajas para reunirse con sus hermanos en Málaga

Imagen de Agustín difundida por SOS Desaparecidos ABC

J.J. Madueño

Nada se sabe de Agustín González de 52 años desde el pasado día 23 de diciembre. A las 13.15 horas su vuelo desde Lima (Perú) llegó al Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas. Allí se le perdió la pista. En torno a las 14.00 horas, tenía que embarcar en otro avión que llevaba 50 minutos de retraso, para estar a las 16.15 horas en Málaga, donde le esperaban un hermano, una hermana, personal especializado de SOS Desaparecidos y de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales de la Costa del Sol . Lo iban a trasladar al Hospital Civil de Málaga para que retomara su tratamiento contra la esquizofrenia congénita que padece, al igual que dos de sus hermanos. Sería un final feliz a un trágico calvario de dos años, pero no se produjo.

En Barajas desapareció. «Ha sido una negligencia del Consulado General de España en Lima» , afirma Joaquín Amills, portavoz de SOS Desaparecidos, la asociación que logró dar con Agustín en Perú a través de mensajes en las redes sociales, después de más de 22 meses de ausencia, sin noticias y sólo con una conversación en la que había dicho que estaba el Lima y que había ido a conocer a una persona con la que contactó por internet .

Aquella persona nunca se presentó. «Fue un engaño. No sabemos si por dinero o por qué, pero en el aeropuerto de Lima no había nadie esparando . Dijo que estaría dos días y no se volvió a saber más», recuerda Amills, que reseña que, antes de irse, Agustín estaba controlado con su medicación en un piso tutelado en Málaga con seguirmiento en el Hospital Civil. En aquel piso es donde tuvo ese contacto con alguien por internet que le llevó a viajar a Perú.

La marcha se produjo el 4 de enero de 2019. Fue el inicio de un calvario . Agustín se vio en un entorno desconocido y acabó en la calle como mendigo, hasta que gracias a una alerta de SOS Desaparecidos una persona lo reconoció y le pudieron ayudar. Entonces, se pusieron en contacto con el Consulado de España en Lima. « Nos dijeron que fuera a un albergue , donde lo maltrataron, vejaron y le robaron lo que le quedaba», explica Amills, que señala que Agustín huyó de aquella institución.

Los últimos meses en Lima se mantuvo con el dinero que le mandaban desde España, a través de un sacerdote. Tras muchas gestiones y cinco largas horas de cola enfermo, con unos 50 kilos de peso y acompañado por un voluntario, consiguieron que fuera internado en un hospital . Durante 10 días lo estabilizaron en este centro sanitario, le proporcionaron su medicación y lo prepararon para la repatriación el 22 de diciembre a las 13.30 en la hora de Perú. «Mandamos un correo al Consulado diciendo que no lo podían dejar sólo , que debía estar acompañado en todo momento. Esto no se ha producido», remarca Amills.

Según el portavoz de SOS Desaparecidos no se atendió a la demanda de poner una persona que guiara a Agustín en todo el viaje, para que no hubiera incidencias. «En las cámaras de seguridad se puede ver cómo, cuando todas las personas del avión se levantaron, Agustín también lo hizo y s e marchó sólo en dirección a donde iba todo el mundo », asegura Amills, que dice que ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil tenían orden de recibirlo en Barajas y acompañarlo hasta la puerta de embarque para Málaga. En la Costa del Sol estaba todo preparado, a través de la Guardia Civil, para recibirle a pie de pista y llevarle para ser tratado de su enfermedad la Hopistal Civil.

La asociación asegura que recibió un correo del Consulado en la madrugada del 23 de diciembre. Les comunicaban que el ausente iba bien asistido en el vuelo. «Viajaban dos agentes que habían ido a otra repatriación y le iban a echar un ojo, pero no tenían orden de estar con él en todo momento. La máxima atención es que llevaba una silla de ruedas en el avión », explica el portavoz, que teme por la situación actual del desaparecido.

Agustín González está ahora en Madrid, ya que se supone que habría salido del aeropuerto, pero no se sabé en qué situación se encuentra. «Lo primero que hace en una crisis es lanzar cosas. Si ha tenido alguna, puede haber tirado la riñonera de Perú que lleva y perdido toda la documentación y su tratamiento para un mes », señala Amills.

La familia está preocupada. Agustín está en un lugar desconocido y con temperaturas bajo cero. «Madrid es muy diferente a Lima, donde vivía en un parque a 18 grados» , asevera el portavoz de la asociación, que en su alerta expone que mide 1,70 metros, es de complexión delgada, pelo negro y canoso, así como que va vestido con pantalón vaquero, camisa de cuadros y americana marrón.

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