DESAPARECIDA
Una década sin Amy en Mijas
La joven irlandesa de 15 años desapareció en una urbanización malagueña sin que se haya vuelto a saber nada de ella
Amy Fitzpatrick pasó la nochevieja de 2007 en casa de su amiga Ashley Rubio en la urbanización Calypso de Mijas-Costa. Ambas estuvieron cuidando del hermano pequeño de esta última. Tenía 15 años cuando desapareció . En la mañana del 1 de enero de 2008, las dos amigas fueron a Fuengirola a almorzar con la llegada del nuevo año. Visitaron el zoco de Calahonda y regresaron a la casa de Ashley. Amy se marchó sobre las 22.00 horas a su vivienda sola y a pie. Debía recorrer unos dos kilómetros de trayecto hasta Riviera del Sol, pero nunca llegó a su destino, aquel camino fue su última pista. Desapareció sin dejar rastro y ya son diez años de ausencia .
La madre de Amy, Audrey Fitzpatrick y su pareja, Dave Mahon, denunciaron dos días después ante el cuartel de la Guardia Civil de Mijas la desaparición. Describieron a la joven de nacionalidad irlandesa con una estatura de 1,65 metros, cabello moreno, delgada y con ojos azules. Los padres aseguraron que vestía un chándal gris con una camiseta «Diesel» negra. La última persona que la vio fue su amiga Ashley. La investigación sigue abierta , pero no hay rastro de la joven.
En un principio se barajaron dos hipótesis . La primera era que la desaparición se produjera en contra de la voluntad de la menor, pero en la inspección de la zona no se encontraron evidencias de un posible secuestro. La segunda que la chica se marchó de forma voluntaria. Esto llevó a investigar la posibilidad de que la joven pudiera estar en Irlanda, donde residía su padre biológico, Christopher Fitzpatrick. Pero no se consiguió nada. Amy sigue sin aparecer a día de hoy. En las campañas de búsqueda, sus familiares se desplazaron a Marruecos, Gibraltar y diferentes localidades costeras españolas para repartir carteles con fotografías de la chica. Se llegó a ofrecer en 2010 un millón de euros para quien diera una pista certera sobre su paradero.
Desde entonces, ha habido pruebas sobre el caso, como la carta escrita tres años antes de la desaparición por Pearl C., madre de una compañera de Amy, en la que alertaba a la Embajada de Irlanda de la posible desaparición de la joven. La mujer vivía en Mijas en aquella época, Amy frecuentaba su casa y le había mostrado miedo «por su seguridad» . Al final la alerta fue real y no fue la única tragedia de la familia Fitzpatrick.
Su hermano, apuñalado
En enero de 2012, la madre de Amy y su padrastro se mudaron a Irlanda. Allí residía Dean Fitzpatrick, hijo de Audrey y hermano de Amy. Apenas un año y medio después, Dean murió apuñalado por Dave Mahon –padrastro–. Los hechos se produjeron en Dublín, cerca del apartamento donde se instaló la familia al regresar a Irlanda. El joven tenía 23 años. En el juicio, Mahon se declaró inocente y achacó el suceso a un accidente o un posible suicidio. Llegó a afirmar que fue el joven quien se clavó el cuchillo. Sin embargo, la defensa no sirvió. El jurado no lo encontró culpable de asesinato, pero sí de homicidio imprudente. En junio de 2016 fue condenado a siete años de cárcel. Pese a que el padrastro de Amy apeló la sentencia, el recurso fue rechazado, considerándose el autor de la muerte del hermano de la desaparecida.