Covid Andalucía

Primer concierto masivo sin distancia en Andalucía con casi dos mil test de antígenos previos

El festival Castlpark en Marenostrum Fuengirola realizó 1.726 test de antígenos previos para evitar brotes del virus

Momento del concierto de Nina Kraviz ABC

J.J. Madueño

Había ganas de bailar, soltarse, divertirse, agitar el cuerpo al ritmo de los miles de decibelios de sonido que salían desde el escenario. Levantar las manos, chillar, abrazarse, saltar y moverse, sin distancia social, con un grupo de amigos y escuchando a una de las DJ más aclamadas del panorama internacional, Nina Kraviz , este pasado domingo en Marenostrum Fuengirola.

El festival electrónico Castlepark fue una locura con caras de felicidad, con esa sonrisa que se adivina en los ojos con la muesca oculta por las mascarillas. Gritaban, aplaudían, saltaban y silbaban al ritmo de los cinco DJ sobre el escenario. Así despejaron, vatio a vatio, muchos de los fantasmas ocasionados por las restricciones para evitar contagios en las que se les sumió hace más de un año.

A las diez de la mañana comenzó el cribado de todos los asistentes. En el parque fluvial de Fuengirola, junto a la río del mismo nombre, comenzaron a hacerse los test de antígenos que exigía la organización para poder acceder al recinto . Hasta las 21.00 horas, entrando de forma ordenada con cita previa, los sanitarios les tomaron sus muestras y esperaron bajo la arboleda a su resultado unos 20 minutos, pacientemente pese a las ganas de fiesta.

Realización de uno de los test de antígenos previos

Según AINA Group, que se ocupó de la gestión de los datos del evento con la experiencia de otros festivales parecidos, se realizaron a lo largo de la jornada 1.726 test en los que se registraron 33 positivos . Estos se comunicaron a las autoridades sanitarias, a la vez que se les informaba de las medidas que debían tomar para no expandir el virus, como la orden de confinamiento.

Al resto, se les asociaba el código QR del test a su entrada y se les colocaba una pulsera de color verde para identificarlos dentro del recinto. Al mismo tiempo, s e les daba una mascarilla negra o blanca, dependiendo del lugar donde tuvieran las entrada. Era otra forma de segregar e identificar dentro de un recinto con dos burbujas diferentes.

Por un lado, una frente al escenario con 700 entradas vendidas. La otra, la pista de baile general con 1.300 entradas dispensadas. Las dos totalmente diferenciadas, separadas por vallas, con barra, foodtracks para la comida y servicios. Lo único común era la obligatoriedad de no quitarse la mascarilla FFP2 suministrada por la organización bajo ningún concepto en la zona para bailar sin distancia de seguridad.

Nina Kraviz sobre el escenario

En la pista de baile, la mascarilla debía estar puesta en todo momento y, para ello, se contaba con la insistencia del personal de seguridad , que alcanzó el medio centenar durante toda la jornada y fue completado con una veintena de azafatas.

Así discurrieron las sesiones de los DJ en el festival Castlepark de Marenostrum Fuengirola. Desde las 17.00 horas la música electrónica tomó la loma del Castillo Sohail para devolver el baile a un privilegiado grupo de jóvenes andaluces, que estalló cuando Nina Kraviz subió al escenario.

«¡Guapa!», gritaba una joven con trenzas rubias en una explosión fan que superó la barrera de la mascarilla. Era el momento esperado, tocaba olvidar la pandemia, al menos durante las dos horas , que la diva rusa del tecno se puso al mando de los platos en el escenario de Fuengirola.

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