Covid 19

Pizarra, el pueblo de Andalucía que es el epicentro de la producción de mascarillas contra el coronavirus

MasFabEs tiene capacidad para elaborar hasta 600.000 mascarillas al día desde su planta de este municipio malagueño

Empaquetado de las mascarillas en Pizarra J.J.M.

J.J. Madueño

Pizarra es pueblo andaluz de la comarca del Valle del Guadalhorce en Málaga con algo más de 9.000 habitantes censados. Allí un trío de empresarios ha colocado a esta localidad como el epicentro de producción de mascarillas contra el coronavirus. Su factoría a la entrada del municipio es capaz de elaborar 600.000 piezas diarias en una confección en línea que mantiene 35 puestos de trabajo.

Según lo publicado, Master Gift Import en Ronda se le acerca con 200.000 al día. La jienense Diseños NT de Alcalá la Real hace 70.000 diarias. En Lentejuelas (Sevilla), Soluciones Textiles Alonso también produce mascarillas, al igual que Grupo FarmaQuivir que produce las FFP2. «Creo que somos los que más producimos en España diariamente» , afirma Pedro Herranz, gerente de la empresa malagueña, que conoce también el trabajo de talleres como el que puso en marcha la Diputación de Málaga para hacer este tipo de prendas con personas que estaban en desempleo.

Mascarillas de Fabricación Española (MasFabEs) es la visión de Pedro Herranz, Manuel Torres y Marcos Montero, estos dos últimos reconvertidos desde el sector de la fabricación de cocinas en una planta del cercano pueblo de Coín. La idea surgió el pasado mes de abril. Estos tres empresarios vieron que hacía falta material sanitario en España . Lo que llegaba no era de calidad y los precios estaban disparados. Decidieron ser ellos quienes importaran esos productos, rebajando los intermediarios.

Pedro Herranz y Manuel Torres revisan la producción J.J.M.

Al final, se acabaron dando cuenta que era mejor fabricar este material que traerlo de China. «Queríamos hacer un producto aquí, con la normativa europea, para que fuera un producto fiable y no lo de baja calidad que estaba llegando desde Asia », asegura Pedro Herranz, gerente de MasFabEs. Así, se lanzaron a confeccionar mascarillas desechables para abastecer un mercado que estaba carente de ellas. Para ello montaron en una nave de Pizarra una «sala blanca» con una inversión de 200.000 euros en la que se garantizan las condiciones sanitarias.

Dentro instalaron cuatro líneas industriales para la elaboración de este tipo de piezas de protección contra el virus. «Las únicas que tienen propiedades biocidas» , asegura Pedro Herranz, quien dice que es gracias a la tecnología de la farmacéutica suiza Heiq virusblock. «Ninguna otra en el mercado tiene estas características», señala el propietario.

Uno de los empleados revisa la cadena de producción para ajustarla J.J.M.

En total invirtieron 1,7 millones de euros para hacer una factoría con sello andaluz para crear unas de las mejores mascarillas del mercado. La ingeniería que ha desarrollado toda la maquinaria fue diseñada por la empresa sevillana And&Or, cuyos técnicos no paran de actualizar la cadena de montaje para ganar eficiencia en la producción.

Tres rollos de polipropileno abastecen las tres capas con las que cuenta esta mascarilla andaluza. Por un lado, la que tiene aplicado el biocida, que es la de fuera, y que tiene propiedades para acabar con las bacterias que caen sobre su superficie. Por otro lado, está la intermedia. Y, finalmente, la interior, que es la que va pegada a la boca. Los controles de calidad aseguran que tiene un filtrado del 99 al 100 por cien después de ser cortadas y termoselladas a través de ultrasonidos. «No tienen colas ni nada que se pueda ser nocivo» , explica Herranz, quien muestra un envasado individual en plástico dentro de cajas de 50 unidades.

Al final de la cadena de producción dos mujeres por línea empaquetan las mascarillas y las pesan en el último control de calidad. «La caja llena tiene que pesar 250 gramos, así nos aseguramos que van 50 mascarillas por cada una », comenta Herranz.

Uno de los controles de calidad de las mascarillas en la línea de producción J.J.M.

En el almacén de esta compañía hay 48 toneladas de material para hacer 16 millones de mascarillas en un lugar donde tienen más de cuatro millones en «stock». Producto que no se puede comprar en tiendas. «Sólo vendemos al por mayor o por internet, donde la mascarilla puede costar 13 céntimos. Es una forma de eliminar intermediarios, para que no se encarezca lo que ahora es un bien de primera necesidad», afirma el gerente.

En la actualidad, estas mascarillas andaluzas están en África, América y por Europa, pero no en España. « No acudimos a licitaciones públicas en España , porque siempre gana el más barato sin mirar la calidad del producto. Ahí no podemos competir con el monopolio de los chinos, que tiran los precios», asegura Herranz. Las ventas que hacen en España son «online» o a empresas, sobre todo a empresas sanitarias.

El futuro es posicionarse con la tecnología suiza para diferenciarse del resto de mascarillas del mercado. «La necesidad de usarlas siempre va a estar. Ll egará un día en el que no la llevemos todos por la calle , pero habrá profesiones donde sí se tenga la necesidad. Debemos estar ahí, siendo los mejores, para poder competir», afirma el gerente de esta compañía malagueña.

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