Coronavirus Málaga

Los celadores continúan su batalla ante los rebrotes: «Somos un pilar de los centros sanitarios»

El colectivo vuelve a concentrarse este jueves en medio centenar de hospitales para pedir a Sanidad la misma protección que al resto de profesionales del sistema

Un celador traslada a una paciente EFE

Pablo Marinetto

La batalla de los celadores continúa. Después de que el Ministerio de Sanidad les catalogara, junto a camilleros y trabajadores de limpieza, como p ersonal de bajo riesgo frente la pandemia del Covid-19, alzaron la voz para denunciar lo que consideran un trato vejatorio que no tiene en cuenta las circunstancias en las que desempeñan día a día su labor. A mediados de julio, el colectivo inició una serie de movilizaciones en centros de todo el país y este jueves vuelven a concentrarse en más de medio centenar de hospitales para pedir al Gobierno que no se les trate como profesionales de segunda.

El procedimiento de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales frente a la exposición al SARS-CoV-2 estableció tres categorías, a saber: exposición de riesgo , en el supuesto de un contacto estrecho con un caso sospecho o confirmado de infección; de bajo riesgo , cuya relación con el posible caso no incluye contacto estrecho; y baja probabilidad de exposición , para trabajadores que no atienden directamente al público o que si lo atienden pueden mantener los dos metros de distancia o disponer de medidas de protección como mamparas de cristal.

Precisamente en la segunda categoría es donde están incluidos los celadores. Una clasificación que consideran «discriminatoria» por no ajustarse a la realidad de su trabajo, que ejercen -dicen- en contacto directo con los pacientes, ya sea en hospitales o centros de atención primaria donde son «un pilar fundamental», según Emanuel Bravo . El que es portavoz de la plataforma «Reconocimiento para el celador ya» en Málaga explica a ABC que desde que el paciente entra por la puerta del hospital y hasta que se va a casa, son los celadores quienes pasan más tiempo en contacto con ellos, con el consiguiente riesgo de contagio.

Desde el colectivo se consideran esenciales para el traslado entre áreas de los pacientes, imposible de llevar a cabo sin un contacto físico con ellos. En su tarea se enfrentan, por tanto, a una doble vía de contagio : los propios pacientes y el ir y venir entre las diferentes áreas de los centros hospitalarios. Según Bravo, no reclaman más que el trato que les corresponde como parte del engranaje del sistema sanitario, donde la Covid-19 ataca sin atender a «cuestiones de raza, sexo, o clase social».

Tras las concentraciones del pasado mes de julio y el actual incremento de los rebrotes por todo el país, volverán a protestar el próximo 13 de agosto a las 13.00 horas en una concentración que en Málaga secundarán los profesionales del Hospital Regional, el Hospital Virgen de la Victoria, el Hospital de la Serranía de Ronda y el del Valle del Guadalhorce, según apunta el portavoz de la plataforma.

El aumento de los casos -Málaga concentra el mayor número de rebrotes en Andalucía- hace necesaria, según Emanuel Bravo, una revisión urgente de los protocolos de protección para que puedan desarrollar su actividad con menor riesgo de contagio para ellos y para el resto de personas con las que entren en contacto. «Los Servicios de Prevención de Riesgos tenían que hacer unas valoraciones del trabajo del celador, pero están en los despachos de brazos cruzados» , señala.

Colectivo olvidado

Desde que la pandemia llegó a España, han fallecido cinco compañeros, según apunta el portavoz, quien critica que ni siquiera hubiera una mención al colectivo en el funeral de Estado por las víctimas. «Parece que no pintamos nada porque no somos personal sanitario», asegura.

La plataforma, encabezada por Bravo en la provincia, reúne ya a más de 3.500 celadores de toda España. «Esto es algo serio y va para largo. Hemos trabajado codo con codo con médicos y enfermeros sin EPI y sin mascarilla», insiste, al tiempo que incide en que su trabajo no se limita a mover una camilla, sino que forman parte del equipo asistencial de los pacientes y siguen pautas para ayudar al resto de profesionales a desempeñar su trabajo lo mejor posible, desde el cirujano hasta el fisioterapeuta.

Más allá de los medios de protección que reclaman, entre sus demandas está que se haga efectiva la cualificación profesional definida en el Real Decreto 1790/2011 de 16 de diciembre, así como la actualización del estatuto de 1971 que rige sus funciones y sigue vigente en la actualidad. Aquí se abre un hueco para la esperanza de estos profesionales, tras el compromiso del Ministerio de Igualdad de derivar sus peticiones a los delegados por comunidades a partir de septiembre. «Ahora nuestros esfuerzos están centrados en conseguir que nos cataloguen como personal del riesgo. Con los rebrotes podemos volver a estar en la misma situación que hace unos meses y los celadores no somos inmunes» , sostiene.

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