Coronavirus en Andalucía
Primer cierre de hotel en Málaga por la crisis sanitaria: «No puedo mantener 120 trabajadores sin clientes»
Agustín Hernández, director del hotel Natali de Torremolinos, asegura que echará el cierre en diez días por un tiempo indefinido tras la cancelación del programa Imserso
Asfixiados hasta el punto de cerrar. Así es como se encuentran muchos hoteles de la Costa del Sol, donde el sector cada día eleva la cifra pérdidas ocasionadas por la crisis sanitaria del coronavirus. El último recuento de la asociación de hoteleros cifra ya en cinco millones de euros el impacto económico negativo que ha tenido el COVID-19 para este sector. Tal es el golpe que está asentando a las cuentas de resultados de estas compañías que algunos establecimientos ya han anunciado que van a cerrar por un tiempo indefinido. «Hasta que pase la crisis sanitaria» , afirma Agustín Hernández, director del hotel Natali en Torremolinos, que puede ser el primero en cerrar por el coronavirus en Andalucía.
En este establecimiento las restricciones del Gobierno Central y las cancelaciones de programas turísticos lo han puesto en la picota. La situación es tan crítica que en un plazo de diez días tendrán que echar la persiana, como reconoce su director a ABC. «No es una buena decisión, pero es lo menos malo que podemos hacer. No puedo mantener a 120 trabajadores sin clientes », señala el director del establecimiento Agustín Hernández, quien espera a que el Ejecutivo de Pedro Sánchez saque un paquete de medidas asumibles para poder sobrevivir. «Si no hay medidas que nos permitan seguir, a final de mes tendremos que cerrar hasta que pase toda la crisis del coronavirus », lamenta Hernández, que estima que el cierre se puede prolongar durante 30 días.
A falta de medidas económicas que palien la situación, la cancelación del programa Imserso ha sido un golpe irrecuperable para este resort de Torremolinos. «No vamos a recibir ninguno de los 800 clientes que teníamos programados hasta el 30 de abril», recuerda el director, quien explica que esa pérdida de ocupación de sus camas hace que no puedan hacer frente a los gastos.
Ante la situación, la empresa ha planteado ya al comité de empresa la posibilidad de hacer un Expediente Regulador Temporal de Empleo (ERTE). «No tenemos clientes. Lo teníamos todo reservado para el Imserso y, al cancelarse el programa, nos hemos quedado sin huéspedes», reitera el director, que dice que el cierre debe ser indefinido porque la crisis sanitaria «no tiene fecha de caducidad» . «Si hubiera un día en el que supiéramos que esto acaba podríamos hacer otro tipo de ajustes o maniobrar de otra manera para mantener los empleos», explica Hernández.
Sin embargo, la crisis sanitaria evoluciona sin fechas fijas. Nadie sabe cuánto va a durar, ni qué medidas van a hacer falta para poder parar la pandemia. «En estos momentos no puedes recurrir a un crédito para mantener a los trabajadores ni nada. No sabes cuánto tiempo, ni cuánto necesitas. Y nadie te presta el dinero si la previsión es que no vas a tener clientes », relata el director del hotel, que dice que las circunstancias le están empujando a una situación que no desea, pero que tiene tomar para salvar la empresa.
A estos problemas se suma la cancelación de los vuelos de Italia o la disminución del tránsito de pasajeros nacionales. Además, hay incertidumbre con la celebración de la Semana Santa por culpa de la pandemia. «A partir del 22 de marzo me voy a quedar con cinco clientes. Así no puedo seguir adelante» , añade el director del hotel.
Esta decisión puede ser seguida por otros muchos hoteles en España. Hernández destaca que hay, al menos, 16 hoteles en la provincia de Málaga que están en una situación parecida a la suya y para los que la cancelación del programa Imserso puede provocar que se eche la persiana durante un tiempo indefinido. «Suma los que hay igual en toda Andalucía y los que en las Baleares o en el Levante. Es un problema muy serio. Hay cientos de miles de camas que están abocadas al cierre por esta crisis sanitaria , si no hay medidas efectivas», concluye Agustín Hernández.
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