Coronavirus en Andalucía
¿Cómo ha conseguido Málaga ser la provincia andaluza con menos contagios de Covid-19 por habitante?
La falta de turistas y el clima de la costa la han ayudado a sortear la segunda ola de la pandemia, que se ha cebado con Granada, Sevilla y Jaén
![Una pareja desayuna en una terraza de la céntrica plaza de la Constitución](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2020/11/20/s/curva-malaga-principal-kiiG--1248x698@abc.jpg)
La evolución de la crisis sanitaria en la provincia de Málaga destaca en medio de una segunda ola en la que la Covid-19 ha sacudido Andalucía con más fuerza incluso que en los meses de marzo o abril. La provincia, que presentaba al comienzo de la pandemia los peores índices de contagios, ha conseguido revertir las cifras y desde hace varias semanas su situación epidemiológica es la menos preocupante de la comunidad.
Ya ha sido superada por Sevilla y Granada en el número de total de positivos y aún así continúa liderando el ranking de curados, con casi 21.000 personas. A fecha de ayer jueves y según los datos de la Consejería de Salud, la incidencia acumulada en la provincia en los últimos catorce días se situaba en los 308,3 casos por cada 100.000 habitantes . Muy por debajo de Sevilla, Jaén y, sobre todo, Granada, donde ese mismo índice supera los 900 casos.
Sin evidencias de que la inmunidad de los malagueños al virus sea mayor y estando sometida a las mismas restricciones que el resto de Andalucía, ¿cómo se explica esta evolución tan dispar? Los expertos lo achacan a la caída del turismo pasado el mes de septiembre y las «costumbres» asociadas al clima de la costa.
«Ha influido indudablemente que se hayan ido los turistas», explica a ABC el catedrático de la Universidad de Málaga y miembro del departamento de Microbiología Eduardo Martínez. Asegura que ese ha sido un «factor determinante» para que hayan bajado los casos y la situación se haya estabilizado.
Málaga ya partía con una incidencia mayor que la de otros territorios. A comienzos del verano fue, de hecho, la primera en notar los efectos de la segunda ola, principalmente por la movilidad y el aumento de la actividad turística en la Costa del Sol occidental , donde se concentraban la mayor parte de los contagios. Los gráficos del Ministerio de Sanidad que recogen la evolución de la curva epidémica revelan un repunte de los casos desde principios de agosto y hasta finales de septiembre mucho más brusco que en el resto de provincias andaluzas, donde el aumento ha sido más progresivo.
![Curva epidémica de la provincia de Málaga](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2020/11/20/s/curva-epidemia-malaga-kZcF--510x349@abc.jpg)
«La situación de la Costa del Sol fue horrorosa y la explicación es de sentido común. La apertura fue demasiado rápida porque los turistas tenían que venir como fuera», sentencia Martínez. Aunque entiende lo difícil que resulta conjugar la salud y la economía, cree que la llegada debía haber sido «mucho más ordenada, con controles, test y mayores restricciones».
En general, la dinámica de la segunda ola ha sido distinta y «se ha desestabilizado más en las zonas de interior . Granada, Jaén e incluso comarcas de Málaga como Antequera o la Serranía de Ronda lo han notado», señala el catedrático, que atribuye a los «comportamientos sociales» y a «la forma de relacionarse» la evolución más favorable que han tenido las zonas costeras.
Ambientes cerrados
No es que las buenas temperaturas hayan matado al virus, pero sí han permitido -según el experto- mantener a la gente en las terrazas más tiempo durante la noche y concentrar la actividad en la calle . «Ya sabemos que los ambientes cerrados son más propicios para la transmisión del virus y con el frío la gente se mete en casa o dentro de las cafeterías», asegura, «no tiene nada que ver la bajada de las temperaturas en Granada con la que hay en Málaga, Almería o Cádiz».
Eduardo Martínez pone además el foco en la comunidad universitaria para explicar la alta incidencia que han registrado Granada y, en menor medida, Sevilla en esta segunda etapa. «Málaga no tiene esa tradición de fiestas de inicio de curso. Teniendo también una población de estudiantes importante, ese fenómeno no se produce», subraya.
Además, explica que la capital de la Costa del Sol y su área metropolitana están más extendidas en el territorio. Granada, por el contrario, está rodeada de municipios anexos, lo que provoca que se concentre «mucha población en un área muy concreta , incluidos los universitarios».
Jóvenes asintomáticos
En un país en el que no hay tradición de abandonar el nido demasiado pronto los riesgos aumentan. A diferencia de lo que ocurre en países de nuestro entorno, la población de 18 años en adelante sigue viviendo en casa de sus padres. «En esas edades hay un 75 por ciento de asintomáticos . No saben que tienen la enfermedad y van contagiando con sutileza a los mayores de 55, 65 o 70 años que después vemos en los hospitales», señala.
Las reuniones en espacios cerrados por el frío y «la movilidad asociada a los temporeros de la campaña de la aceituna» podría explicar a ojos de Martínez la tasa de contagios que alcanza también la provincia de Jaén. Con 733 casos por casos por cada 100.000 habitantes es la segunda mayor de Andalucía.
A pesar de las diferentes formas con las que el Covid-19 se manifiesta en las provincias andaluzas, considera que las medidas impuestas por la Junta están dando resultado, puesto que «todas muestran una tendencia a la baja» . Además, sostiene que el descenso de contagios gracias a las restricciones comenzará a verse reflejado en los hospitales cuando se superen las dos o tres semanas que hay de «desfase».
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