MÚSICA

Colombia desvela sus esencias en Marbella

Carlos Vives hace bailar a casi dos millares de personas entre banderas de su país, sombreros vueltiao y vallenatos

Carlos Vives en el concierto de Starlite / J.J.M.

J.J. MADUEÑO

Sonaba la caña de milo con la introducción de «La bicicleta» cuando Carlos Vives saltó al escenario de la Cantera de Nagüeles en la noche del pasado lunes. No cantó todo el tema, lo dejó en el momento en el que Shakira tenía que hacer acto de aparición, pero casi dos millares de personas ya bailaban en Starlite. Se agitaban las caderas y lucían las curvas de las colombianas. El ritmo va en la sangre, que se riega con «aguapanela» y aguardiente. Danzaban las banderas y la noche se comenzaba a derretir de «sabrosura». «Es lo que tiene la gente de Colombia, Venezuela, Canarias y Andalucía», aseguraba el artista, que tuvo como primer tema completo «Pa' Mayté» y que comenzó a presentar a «la familia» –como llama a la banda–, traída de las provincias de Colombia, en «La caguañatera» .

Todo era una explosión de color cuando recordó que es «el rey del vallenato» en «Hijo del vallenato» , aquella canción en la que respondía a los críticos que le afeaban su marcha a Maimi «para hacer rock» en 2014. En la reivindicación de su figura como cantautor de la tradición más pura colombiana cayó «La gota fría» . La fiesta era de los guajiros y el ritmo lo marcaba un acordeón que sabe a ajiaco, mondongo y arepa en las manos de Egidio Cuadrado. «Ella es mi fiesta» sacó el lado más romántico, en el que profundizó con «Déjame entrar» hasta que todo enloqueció con «Fruta fresca» , «ese amor tan profundo» que trae los aromas de los campos tropicales donde se crían guayabas, magos y maracuyás.

Descansaron los asistentes, que lucían el sombrero vueltiao, pieza artesanal simbólica del país. Había que tomar un respiro en el escenario y parar los pies entre las butacas. «El mar de sus ojos» hizo a todos anclar en unos labios rojos que eran una explosión festiva «Al filo de su amor» , último sencillo del artista, publicado este año como antesala de su nuevo trabajo desde las calles de Nueva York.

Fue entonces cuando alzó la vista al graderío. Vio la bandera de Venezuela y también las de Colombia, que se agitaban en la grada mientras un corazón dominaba el escenario. Fue cuando desveló que la «Tierra del olvido» es la que tiene la llave de su corazón. La banda, llegada desde todos los puntos de Colombia, sustituyó a Coral Group, Andrea Echeverri, Fonseca, Fanny Lu, Cholo Valderrama, Herencia de Timbiquí y Maluma para promulgar «Colombia patria querida te llevo en el corazón». En lo más álgido del sentimiento patrio pidió que le «regalaran» la luz de sus móviles, para que casi dos mil luciérnagas artificiales trasportaran Starlite «al lugar de los ancestros donde esos espíritus regresan» en «La foto de los dos» .

Con Sebastián Yatra les robó un beso a todos los presentes antes de dejar una «Nota de amor» y pedir matrimonio a un auditorio que se resistía a irse con «Volví a nacer» . Se marcharon, pero regresaron para que «Carito» le hablara en inglés. «¡Viva el África!» gritaban entre las rocas con «La Fantástica» , hasta que Carlos Vives apareció subido en «La bicicleta» . Volvía a sonar la caña de milo en la introducción, la caja valleneta marcaba el son con el acordeón, mientras el llamador dictaba el fin de fiesta. La banda sustituyó a Shakira en un concierto que acabó como empezó. El publicó en pie entregado al ritmo colombiano, demandando fiesta mientras agitaba las banderas y con Carlos Vives reviviendo su último gran éxito, ese que le hizo volver a triunfar en los Grammy Latinos el año pasado, encima de dos ruedas.

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