Hostelería

Cierra el Café Central de Málaga, inventor de las míticas 'diez' formas distintas de pedir el café

La jubilación de su propietario, Rafael Prado, obliga a bajar la persiana de uno de los establecimientos más señeros de la ciudad

El mítico azulejo del Café Central de Málaga
Fernando del Valle

Fernando del Valle

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Es el fin de una época. Cierra el Café Central de Málaga . El señero establecimiento de la plaza de la Constitución que inventó una de las peculiaridades más genuinamente malagueñas: las diez formas de pedir el café . A primeros de 2022, la capital perderá otro de los escasísimos establecimientos clásicos que aún le quedaban.

El cierre del Central lo ha adelantado el diario «Sur» y lo ha confirmado a ABC su propietario, Rafael Prado , al que espera una más que merecida jubilación después de toda una vida dedicado a la hostelería.

La bajada de una de las persianas más queridas del centro de la capital malagueña no tiene fecha definida, pero Prado asegura a este periódico que casi con toda seguridad se producirá en enero próximo .

Será 101 años después de su apertura . La vida del Central es la memoria sentimental de muchos malagueños pues ha ido pareja al devenir de su historia ya no tan reciente.

Aunque vivo desde la década de los 20 del pasado siglo , el Café Central pasó a manos de la familia Prado en 1954, quien lo compró cuando el establecimiento atravesaba una gran crisis.

Padre y tío del actual gestor fueron quienes iniciaron el negocio, después de haber adquirido experiencia en los contiguos El Suizo y Café Munich . Ninguno existe ya; las franquicias se lo han bebido todo . Sólo el Central había sobrevivido. Hasta ahora.

Negocio céntrico y frecuentado por todo malagueño que se precie en algún momento de su vida, quizás por lo que más conocido sea el Central fuera de las fronteras provinciales es por haber sido el responsable de la curiosa nomenclatura con que en Málaga se distinguen los distintos tipos de café. Todos ellos recogidos en un mítico azulejo que preside sus paredes.

Precisamente este mismo viernes en su Recuadro de ABC de Sevilla Antonio Burgos hace un homenaje a esas diez formas de decirle al camarero cómo quiere su bebida , que en realidad son nueve. Las que se citan a continuación.

Solo: 100% de café.

Largo: 90% de café y 10% leche

Semilargo: 80% de sólo café.

Solo corto: 60% de sólo café.

Mitad: 50% de café y 50% de leche.

Entre corto: 40% de café y 60% de leche.

Corto: 30% de café y de 70% leche.

Sombra: 20% de café y 80% de leche

Nube: 10% de café y 90% de leche.

¿Y por qué se habla entonces siempre de diez? Pues porque, según relata Prado, poner nueve en el azulejo no quedaba 'redondo' . Así que fruto de una broma de uno de los camareros que tenía su padre completaron con el «no me lo ponga» .

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