GASTRONOMÍA

Una cerveza de Cruzcampo que ahorra agua en los olivares

Heineken presenta en Málaga, bajo la marca Cruzcampo, la primera cerveza hecha con la primera cosecha de cebada crecida entre los olivos

La cerveza puede llegar ahorrar 700 millones de litros de agua J.J.M.

J.J. Madueño

Heineken, bajo la marca Cruzcampo, puso en marcha en La Fábrica de Málaga la primera cerveza producida para ahorrar agua en los olivares de Andalucía. Se trata de la «bock Olivarera». Es una producción lanzada para el próximo mes y que se hace con la cebada que nace entre los olivos . Esto permite, según los expertos de la compañía, una mayor nutrición del suelo, evita la erosión del mismo y capta mejor el agua de lluvia, provocando un ahorro hídrico en la explotación.

El «Proyecto Olivo» es además otra vuelta de tuerca más para mejorar la sostenibilidad de la cadena valor de la cerveza, ya que propone una rebaja del agua invertida en la creación de estos caldos y también repercute de forma positiva en los balances hídricos de la propia compañía, que son una preocupación constante para Heineken.

Hasta ahora es una experiencia piloto, cuya plantación se ha desarrollado en una explotación de Huelma (Jaén). Está inspirada en otras actuaciones para compensar el gasto de agua que la compañía tiene en marcha en México. «La segunda cosecha ha sido más abundante que la primera, por lo que podemos ver que el cereal se está adaptando a la tierra», explicó Mauricio Domínguez-Adame, director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken España, sobre este proyecto a cuatro años con el que también se trata de dar una mayor rentabilidad a las explotaciones dando un segundo cultivo al agricultor.

Ahorrar 700 millones de litros

No todos los olivares valen para esto, entre otros requisitos necesitan tener calles de anchura suficiente para que pueda entrar la cosechadora. Pese a las limitaciones, la intención es seguir avanzado y existen unas 60.000 hectáreas de olivar de calle ancha en Andalucía, donde podrían convivir ambos cultivos. Según los cálculos iniciales de la investigación de Heineken, si se adoptase esta práctica solo en el tres por ciento de esta superficie, unas 2.000 hectáreas, se podrían compensar más de 700 millones de litros de agua en la producción de cerveza.

La idea surgió porque existe un déficit de cebada para la fabricar cerveza en la región , ya que no toda la producción de este cereal se puede dedicar a generar estos caldos. Se requieren unos niveles de proteínas, gramaje e impurezas determinados a la hora de comenzar el proceso. Una vez obtenida la materia prima, comienza un proceso de elaboración en el que sale una cerveza con algunas características diferenciadoras, como es la mayor espuma por la proteína que contiene o la sedosidad que deja en la boca . «Es como si hubiera un terciopelo en la lengua», explica el maestro cervecero Juan Navarro.

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