El Cautivo salió en procesión por el Hospital Regional de Málaga

Un altavoz conectado a un móvil con una marcha de Semana Santa retumbaba en los pasillos del Hospital Regional «Carlos Haya» de Málaga. Tambores y cornetas anunciando el paso inevitable de una procesión , las mismas que este año no se van a celebrar, pero que en la intimidad de este centro sanitario cobró vida entre los enfermos. El Cautivo procesionó a manos de unos sanitarios aferrados a su fe en esta crisis sanitaria. Era Viernes de Dolores y aquel hospital comenzó a oler a devoción.

Sanitarios convertidos en penitentes, incensiarios improvisados y la Cruz Guía marcando el camino bajo los acordes. Representación de las cofradías de Mena, Cautivo, Esperanza y Rocío , antes de una mujer de mantilla, que se cubría con los Equipos de Protección Individual (EPI) y plásticos sobre la peineta.

No había velas ni incensienso, los capirotes eran mascarillas y los guantes no eran de tela blanca, sino que látex. Y entre los que se quedaban a un lado de aquel pasillo se oía un «¡Viva el Cautivo!» , que sonaban a sábado de traslado a las puertas del Hospital Civil, a un grito emocionado de los que lanza el barrio de La Trinidad antes de entregar al «Señor de Málaga» a la ciudad cada Lunes Santo.

En una mesa, arrastrada por un par de sanitarios, una réplica del Cautivo avanzaba en un imporvisado altar . Tras Él, otro sanitario marcaba el paso por toda la planta con un bombo hecho con aquello que tenía a mano. Así, el Señor visitó a los enfermos en el año en el que para evitar contagios su hermandad, como todas las demás, se tendrá que quedar sin salir esta Semana Santa.