Cártama

El ácido sulfúrico de los maltratadores: «Si tu belleza no es mía, ya nunca será de nadie»

Los ataques a mujeres con el líquido corrosivo que usó «El Melillero», habituales en países como India o Pakistán, pero también presentes en Europa

La ex modelo y miss italiana Gessica Notaro, atacada con ácido por su ex en 2018

F. del Valle

Marcar de por vida a la víctima . Avergonzarla. «Borrar» de un plumazo su belleza . «Si no es mía, ya nunca será de nadie más. Los ataques a mujeres con ácido, como el perpetrado por José Arcadio N.D. «El Melillero» en la localidad malagueña de Cártama el pasado martes, que ha dejado a su exnovia en la UCI de un hospital y grave a otra amiga , no son infrecuentes en el terrible vademécum de las agresiones machistas .

Sandra, la joven de 26 años que había mantenido una relación de seis meses con él, tiene un 45 por ciento de su cuerpo quemado , con las vías respiratorias abrasadas, así como la cara y gran parte de su cuerpo. Al parecer también puede haber perdido un ojo .

Testigos presenciales de los momentos posteriores a la agresión relataron a ABC cómo las chicas se bajaron chillando del coche al que el exnovio arrojó el ácido sulfúrico , casi puro, con una concentración del 98%.

Desnudas después de desprenderse de una ropa que les quemaba « tenían la piel llena de burbujas, una de ellas el rostro desfigurado y un ojo en blanco«, contaron en su espeluznante crónica. Ayer miércoles en la concentración de repulsa que se realizó a las puertas del Ayuntamiento de Cártama, las primeras personas que auxiliaron a las jóvenes aún estaban conmocionadas.

Los ataques con ácido son agresiones habituales en países como Bangladesh, Camboya, India y Pakistán , aunque también se han producido en Afganistán y en zonas de África. Según la organización ONU Mujeres , dedicada a promover la igualdad de género, los motivos más comunes por los que se perpetran estas atrocidades son «venganza por el rechazo de una propuesta de matrimonio u otro tipo de insinuación de carácter sexual o romántico, conflictos relacionados con las tierras, supuesto deshonor, y celos «.

Se trata, según los expertos, de ataques que a diferencia de los que suelen ser más habituales en nuestro entorno, no buscan la muerte de la víctima . Sino avergonzarla, marcarla para que quede aislada en la sociedad. Amén de que ya nadie pueda disfrutar del mismo rostro , o cuerpo, que el maltratador un día creyó suyo.

Botella de ácido que el agresor dejó tirada el suelo ABC

Pero no sólo ocurren en territorios alejados de nuestra cultura. En 2018, la modelo italiana Gessica Notaro , finalista del concurso Miss Italia 2007, fue atacada con ácido por su ex , sufriendo graves heridas y la desfiguración de su rostro. A punto estuvo de perder la vida .

Según la sentencia que condenó a diez años de cárcel a su agresor y antigua pareja, Edson Tavares , el maltratador quiso « borrar, con efectos irreversibles, su persona en su esfera más significativa , desfigurando su cara y eliminando sus rasgos caracterizadores«.

En España el caso de Sandra y Cristina no ha sido el único, ni mucho menos. En 2012, en Madrid, una mujer española era atacada en la puerta de su casa con el mismo elemento por su marido, de origen turco . Sufría maltrato habitual.

También en la capital de España, en 2007 una mujer de 42 años y nacionalidad rumana resultó herida de gravedad tras ser rociada por su ex marido con un líquido corrosivo que, según los primeros indicios, contenía concentraciones de ácido clorhídrico. Son sólo dos ejemplos, pero hay más.

Para la organización ONU Mujeres, buena parte del problema se basa en la facilidad que los maltratadores encuentran para comprar estos líquidos, capaces en sus versiones de mayor concentración de disolver los metales.

En efecto, por internet se encuentra una amplia panoplia de empresas que venden el producto a precios más que accesibles. En concreto, una botella de litro de la misma marca de la botella que «El Melillero» dejó tirada en el suelo de Cártama tras arrojar su interior a su ex cuesta sólo 12,20 euros.

Por eso ONU Mujeres pide un control de la venta de estos ácidos , pero también un endurecimiento de las leyes en los países (especialmente en los más afectados) de tal manera que los agresores sean procesados con arreglo a las leyes de cada código penal relativas al asesinato.

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