TRIBUNALES

Una campaña pide «justicia» para Pablo Podadera, el joven de Málaga que murió al mediar en una pelea

Los acusados se enfrentan por segunda vez al tribunal, después de que la familia recurriera una primera condena

Imagen compartida en la campaña para podir justicia ABC

J.J. Madueño

La familia de Pablo Podadera quiere justicia para su hijo, que murió al mediar en una pelea en 2017, después de ser agredido por dos individuos. Es el segundo intento de conseguir una condena por asesinato . Así, se ha puesto en marcha una campaña en las redes sociales para conseguir la pena que sus familiares consideran adecuada. Un mensaje y un hashtag han comenzado las peticiones ante un segundo proceso lleno de avateres.

De este modo, circula un mensaje atribuido a la familia del joven difunto. «Hola. Como sabéis, en estos días se está celebrando el juicio de mi hijo Pablo. La familia queremos darle la mayor difusión posible en esta recta final. La propuesta es poner su foto 'justicia para Pablo' en el perfil de WhatsApp para que la visualicen los contactos, que se publique en Instagran, Facebook y Twitter y así multiplicar la ola de solidaridad. Gracias por compartir».

Pablo Podadera salió en compañía de unos amigos para celebrar sus 22 cumpleaños la noche del 20 abril de 2017. Fueron al centro de la capital y estuvieron en varios locales de fiesta, como Matacopas y Sala Gold, hasta llegar a la Sala Theatro en calle Lazcano, en cuyos aledaños recibió una paliza de muerte. Sobre las 4.35 horas, Pablo salió de la discoteca con un amigo y se dirigieron a un callejón .

Allí estaban los dos agresores y un portero del local. Según el relato de la primera sentencia, intentaban que una tercera persona abandonara el lugar sin que hubiera pelea. El finado y su amigo fueron hacia las personas del callejón para mediar. Es cuando uno de los acusados le dice a Pablo que se fuera de allí , lo coge de los brazos, pero se libera y marcha hacia su amigo, que había comenzado forcejeo con el otro acusado.

El portero se lleva al amigo para evitar que la historia vaya a mayores y el fallecido «pone su brazo derecho en el hombro izquierdo de uno de sus agresores, empujándolo hacia el callejón». Es cuando regresa el otro agresor y comienza la paliza mortal . Primero le lanza dos puñetazos que le impactan en la cara . Pablo también recibe un manotazo del hombre al que había empujado. Eso le hace caer al suelo de rodillas aturdido. En esa posición, recibe una patada en la zona baja de la espalda y le lanzan una segunda, que le golpea levemente o, incluso, no le da, mientras trata de cogerle la pierna a uno de los agresores.

Tras la escaramuza, al lugar llega la Policía Local y la ambulancia, que halla a Pablo tendido en el suelo. Evacuan al herido y tras varios intentos vanos de reanimación, se certifica su falleciendo a las 13.00 horas del día 21 de abril de 2017 en el Hospital Clínico Universitario de Málaga . Según la autopsia presentaba una serie de lesiones a nivel de las cubiertas craneales compatibles con focos contusivos y, como consecuencia de la intensidad de los mismos, se ven reflejados en una hemorragia cerebral masiva que conduce a la muerte encefálica.

Los dos agresores fueron condenados por la Audiencia de Málaga a tres años y dos meses de prisión por homicidio imprudente . Sin embargo, los dos agresores no entraron en prisión , donde sí estaban a la espera de juicio. En la sentencia se acordó la puesta en libertad de ambos acusados al argumentarse que estaban a punto de cumplirse los dos años de prisión provisional que marca la ley y que no cabía legalmente una prórroga para mantenerlos entre rejas .

Así, la familia de Pablo Podadera recurrió aquella sentencia y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ordenó repetir el juicio , que arrancó el pasado 5 de abril. Sin embargo, tuvo que ser suspendido porque uno de los principales acusados tuvo contacto estrecho con su abuela infectada por coronavirus. El juicio se reanudó este viernes, con otro de los procesados por encubrimiento en paradero desconocido.

Pese a que llegó a planear la sombra de la suspensión definitiva, el juicio sigue adelante, mientras la familia de la Pablo Podadera trata de demostrar que no fue un homicidio imprudente, sino un asesinato y subir las penas para que los acusados vayan a prisión.

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