Coronavirus en Málaga

«Cada vez entran en la UCI pacientes más jóvenes que se ponen graves con mayor rapidez»

El doctor Manuel Herrera, jefe de sección de la UCI del hospital Regional de Málaga, explica la evolución de la tercera ola en la unidad de críticos

Manuel Herrera, jefe de sección de la UCI del hospital Carlos Haya de Málaga ABC

Fernando del Valle

«Cada vez entran pacientes más jóvenes y se ponen más graves con mayor rapidez ». El testimonio de Manuel Herrera , médico de la Unidad de Cuidados Intensivos del Regional de Málaga , representa una desgarradora radiografía de la evolución que el Covid está teniendo en el último escalón hospitalario de la lucha contra el maldito virus. La esperanza extrema detrás de la que, si ya no hay suerte, sólo está el abismo.

Se trata, afirma, de personas que están en una franja de edad entre los 40 y 50 años . Que presentan neumonías cuya evolución es tan rápida «que llegan a una insuficiencia respiratoria grave en sólo dos o tres días y hay que recurrir enseguida a la ventilación mecánica». Y cuyos progresos pulmonares se demuestran escasos, desesperadamente lentos . «Y más complicados de solucionar». « Ser joven no asegura que la infección pase de forma banal », incide el doctor.

Es el principal cambio en el perfil que Herrera está detectando en esta «tercera etapa» de la pandemia . La oleada postnavideña ha vuelto a tensionar la unidad hospitalaria en la que trabaja, pero con matices. «No estamos bien, tenemos una enorme carga de trabajo y de estrés, pero aún hay margen para no sentirse desbordados », explica.

En el momento de escribir estas líneas, el hospital principal de la provincia malagueña , ahora otra vez en el pico andaluz de contagios y hospitalizaciones, tiene a 19 pacientes Covid en su UCI . Su capacidad es de 56 camas . Desde que comenzó el mes de enero, por la unidad han pasado 40 personas. Es la mitad de los que lo hicieron entre verano y diciembre y la misma cifra que hubo en la oleada primigenia.

Pero Herrera quiere distinguir mucho aquella de la actual. « Aquella primera ola sí que fue un tsunami que nos cogió a todos desprevenidos ». Ahora tenemos un mayor margen de maniobra gracias a la experiencia lamentablemente adquirida», dice, otorgando gran importancia a que los planes de contingencia puestos en marcha desde entonces permiten atender mucho mejor a los pacientes que no ingresan por coronavirus .

De cualquier manera, Herrera pronostica un aumento brutal de la tensión en la UCI ateniéndose al número de contagios que se notifican a diario. «Vamos a tener que hacer un gran esfuerzo», vaticina.

Y no será fácil sobrellevarlo, porque cuando se le pregunta por el estado de su plantilla, compuesta por cerca de 40 profesionales, no duda: «estamos mentalmente agotados» . «Hemos vivido momentos de euforia discreta cuando bajaba la ocupación y menguaban los casos; pensábamos que el virus estaba controlado, pero luego nos hemos visto igual. Y eso afecta y mucho a todos», concluye.

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