SEMANA SANTA
Bendición de libertad
Cada Miércoles Santo Jesús «El Rico» indulta a un preso a los pies de la Catedral, bendice esa libertad y al pueblo malagueño
![Uno de los presos liberados por El Rico el Miércoles Santo / Diario Sur](https://s3.abcstatics.com/media/2016/03/22/s/preso-rico-copia--620x349.jpg)
Cuenta la leyenda que en los momentos más oscuros emergió su figura. Cuando Málaga era azotada por la peste se obró el milagro. Corría el año 1759. Las más antiguas memorias relatan que hubo un tiempo en el que la epidemia mermaba la población malagueña. En esos momentos, en la cárcel de la ciudad, que se encontraba en la Plaza de la Constitución, hubo un motín movido por la fe. Fruto de aquella rebelión los presos escaparon, fueron a la iglesia de Santiago, cogieron la imagen de Jesús «El Rico» y lo sacaron en procesión . Después del recorrido, los penados dejaron el Nazareno en su lugar y volvieron a la cárcel.
Regresaron todos menos uno, que no escapó. El devoto reo agarró la cabeza de Juan «el degollado», que sale a los pies del Cristo aún hoy, y se fue junto a un compañero enfermo de peste. Cuenta la leyenda que aquel apestado sanó y que, con la vuelta del último preso a la prisión, la epidemia desapareció de las calles malagueñas . «El Corregidor de la ciudad comunicó al Rey lo sucedido. Fue entonces cuando Carlos III concede la pragmática de libertad», señala Antonio Martínez, hermano mayor de El Rico. El Rey otorgó al Cristo la virtud de liberar un preso cada año durante la procesión y, desde entonces, se ha cumplido con el ritual.
Siempre se ha liberado a un recluso. Lo hace el Consejo de Ministros cada Viernes de Dolores y sin mediación de la cofradía. La única intersección de la hermandad es la petición: «En virtud de la pragmática real póngase en libertad un preso» . «El resto lo deciden desde la prisión y el Consejo de Ministros», afirma Martínez, quien asegura que no suele haber un perfil definido. «Los únicos criterios que parecen fijados es que sea alguien que se pueda reinsertar», remarca el hermano mayor, quien asegura que se excluyen ciertos delitos como terrorismo o pederastia. Lo que sí suele suceder es que el indulto crea una profunda devoción en los liberados . Algunos llegan a hacerse hermanos y, los que menos, acaban sacando sobre su hombro a «El Rico».
La libertad concedida por este Nazareno es un indulto general, el único de cuantos se conceden en Semana Santa . El lugar de liberación ha ido cambiando con el tiempo, hasta llegar a los pies de la Catedral. Hubo un tiempo en el que se iba hasta la Antigua Cárcel de Mujeres, luego fue en Muelle de Heredia y hasta hace unos años en la Plaza de la Aduana. «Ahora estamos en el mejor lugar», reseña el hermano mayor. En la noche dell Miércoles Santo, con Málaga como testigo y con el principal templo de la ciudad como guardián, Jesús «El Rico» liberará por segunda vez a una mujer desde la Guerra Civil y le otorgará bendición . «Al año sólo hay tres bendiciones. Dos se dan el Miércoles Santo y la tercera en la Misa del Romero, después de la Semana Santa», añade Antonio Martínez.
La bendición a la ciudad llegará cuando la noche se agote. Antes de que la Marcha Real quebrante el cielo, con la Virgen del Amor presenciando la entrada de su Hijo, sonará un repique de campana que avisa a Málaga del mágico momento. Repicará y sonará el último golpe, para que el brazo se separe de la Cruz y bendiga a toda la ciudad. Tras esto, se encerrará. Con la libertad como bandera y con Málaga a sus pies.
La cofradía se ha convertido en un símbolo de la libertad y el perdón . «Jesús es «El Rico» porque es rico en misericordia y perdón», asegura Martínez. Una definición que emerge en las necesidades primarias de la cofradía en su fundación. En 1584 nace, bajo el paraguas franciscano en el convento de San Luis el Real –calle Compañía–, como una cofradía de enterramiento . Cristo sólo estaba en su altar para su culto. Cuando se moría uno de los hermanos se le cogía en unas parihuelas –que sirvieron para enterrar a Torrijos en la Merced– y se le daba sepultura. Esa era la única misión hasta 1658, que se convierte en Hermandad de Penitencia. Desde entonces la devoción, la leyenda y la pragmática real han construido la historia desde la iglesia de Santiago y la calle Victoria.
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