Sucesos

Un barrio donde silban las balas

El corazón de la Málaga picassiana es desde hace días escenario de una serie de «invisibles» tiroteos entre clanes

Amplio despliegue policial tras uno de los tiroteos registrados esta semana ABC

P. D. A.

A pocos metros de la Málaga picassiana, en el corazón de la ciudad y a escasos dos minutos andando de una comisaría, se ubica el barrio de la Cruz Verde. Un espacio complejo cuyos residentes llevan varios días atemorizados por una cadena de tiroteos que supuestamente encierra la guerra de dos clanes por hacerse con el control de la droga . Unos sucesos que están generando una gran alarma social y que en las últimas horas ha motivado importantes despliegues policiales en la zona.

Oficialmente, no hay una investigación en marcha; porque tampoco hay denuncia, ni víctimas. Al menos de las que acaban en el hospital con un agujero en el cuerpo, pero sí muchas de las que ven condicionada su vida y que, según ha podido saber este periódico, «llevan días sin poder salir a la calle por miedo» .

Todos callan antes de cerrar la puerta rápidamente, y a nadie se le ocurre dar un nombre a la Policía. Hay que seguir viviendo en el barrio.

Los episodios más grave de esta guerra se vivieron el martes y el miércoles , cuando la sala del 091 de la Policía Nacional recibió diversas llamadas en las que los ciudadanos alertaban de disparos en la calle y a plena luz del día .

Fuentes cercanas al caso señalaron que hasta los lugares indicados se desplazaron numerosas patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana , pero a su llegada, ni un solo testigo que quisiera colaborar.

El origen de esta sucesión de tiroteos estaría, según señalaron las citadas fuentes, por la ruptura del equilibrio que durante años han mantenido los dos clanes familiares que supuestamente controlan la venta de la droga en distintas calles de la zona, como Altozano o Gómez Salazar y que han sido escenario de distintas operaciones policiales. Entre los motes de algunos de sus miembros, el nombre de un conocido policía de serie de televisión sementera y uno de esos con aires canarios que va escrito en la camiseta de algún futbolista de élite.

Al frente de uno de ellos se encuentra una matriarca de armas tomar , y ambos disponen de una amplia estructura compuesta por «aguadores», varios domicilios para suministrar las dosis y «machacas» que se encargan de la venta itinerante.

El reparto de zonas siempre se ha respetado, pero –según las citadas fuentes– la «buena convivencia» ha saltado por los aires después de que el miembro de uno de los grupos comenzara a vender en una calle prohibida.

Esta circunstancia, presuntamente, provocó el primer tiroteo. Al que le siguió un segundo que se produjo el miércoles después del arresto, por parte de agentes de la Comisaría Centro, de uno de los miembros visibles del otro clan. «Parece ser que creyeron que lo habían vendido tras los primeros disparos y fueron a cobrarse su ventaja», explicaron las fuentes consultadas.

Este ambiente de impunidad en el que parece desenvolverse los sospechosos está condicionando el día a día de un barrio ubicado en una de las zonas más turísticas de la ciudad y junto al campus universitario de El Ejido. El miedo es «comprensible», afirman las personas preguntadas, que inciden en que los miembros de ambos clanes tienen un amplio historial delictivo por delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y acciones de extrema violencia.

Los vecinos de la Cruz Verde continúan «atrapados» por esta situación en un barrio que cruza los dedos porque una de las balas que oyen silbar no acabe derramando sangre: «Sería la guerra» .

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