Anulada una gran acción policial contra un club de cannabis en Málaga
Un juzgado de Málaga tumba la actuación de los agentes y acuerda el sobreseimiento del caso

Un fallo de procedimiento policial ha llevado al juzgado de Instrucción número 8 de Málaga a tumbar la primera gran actuación contra un centro de cannabis realizada en la comunidad. Una circunstancia que, no obstante, no cuestiona la presunta ilegalidad de la actividad desarrollada por estos colectivos que adoptan la forma de asociaciones.
El citado juzgado acuerda el sobreseimiento provisional de la causa abierta contra la asociación Zen Cultural a instancias de la propia Fiscalía, quien tras el estudio de las diligencias del caso estima que «no aparece debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la causa». El Ministerio Público y la autoridad judicial consideran que la entrada y registro practicado en la sede de la asociación por parte de agentes de la Policía Local de Málaga debe considerarse «nula».
En un auto al que ha tenido acceso este periódico, ambas instancias judiciales recuerdan al citado cuerpo que «no ostenta la condición de Policía Judicial» y le afea que la inspección del inmueble se realizó «estando el encargado detenido y sin presencia de letrado que le asista». Según las autoridades judiciales, este error en la actuación les obliga a «declarar nula las diligencia de estudio y los elementos de prueba directamente obtenidos en la misma».
El titular del juzgado de Instrucción número 8 de Málaga decreta en su resolución que se libre un oficio a la Policía Científica «autorizándole para la destrucción de dicha sustancia». Además, ordena la entrega del resto de «efectos intervenidos de lícito comercio» al presidente de Zen Cultural, así como la devolución del dinero que se le incautó durante la operación policial. Esta resolución, no obstante, no significa un aval para las actividades de este tipo de asociaciones pro cannabis, ya que ni el juzgado ni la Fiscalía determinan ese extremo, sólo acuerdan el sobreseimiento por el error cometido por los agentes durante la actuación.
Lo que sí implica es la anulación de las distintas actas de denuncia por consumo de drogas que se abrió a las personas que estaban en el local en el momento de la intervención de los policías. Hay que recordar que en Málaga, frente a otras ciudades más permisivas, se ha actuado con contundencia contra estos clubes, que en ocasiones han acabado desplazándose a municipios cercanos debido a la presión policial.
¿Cómo operan estos locales?
Fuentes policiales explicaron en su momento que los socios suelen pagar una cuota mensual y en el local adquieren la marihuana , habitualmente dos gramos por cinco euros. Suelen «camuflarse» como bares que cuentan con una zona privada en la que los clientes pueden consumir la sustancia. Como si fueran establecimiento de restauración, algunos cuentan con una carta y su correspondiente lista de precios según el tipo de cannabis –«critical», «green poison»...–; e incluso hay quien dispone de centrifugadoras para obtener el aceite o resina o hacer su propio hachís casero.
Las fuerzas de seguridad consideran que están amparados por la ley para actuar contra estas asociaciones . Se fundamentan en dos textos judiciales: una instrucción de agosto de 2013 del Ministerio Fiscal y una reciente sentencia del Tribunal Supremo que crea jurisprudencia. Frente a los agentes se sitúa un movimiento que se extiende por todo el país y cuyo leitmotiv es la legalización de esta sustancia. Clubes cada vez mejor «armados» con asesores legales que bucean en la jurisprudencia para buscar resquicios para continuar una actividad y que se unen para llamar la atención de los políticos. La Federación de Asociaciones Cannábicas del Sur (Facsur), por ejemplo, aglutina a una veintena de grupos que defienden el consumo libre y la despenalización de la marihuana.