100 horas de trabajos sociales por una falsa denuncia de violación

Poco más de cuatro días trabajando en beneficio de la comunidad por una mentira que pudo llevar a la cárcel o a un centro de internamiento de menores a cuatro jóvenes. 100 horas de prestaciones sociales. Ésa es la pena que pide el fiscal contra la chica de 17 años que denunció el año pasado a cuatro compañeros de su propia clase de haberla acosado y violado salvajemente en un colegio de Málaga, lo que se demostró falso. Los padres de los chicos se quejan de la «escasa» condena solicitada. Ahora, de no mediar acuerdo anterior, será el juez quien dictamine cuando se celebre el juicio.

«La menor faltó maliciosamente a la verdad»; los hechos narrados «resultan contradichos por elementos objetivos»... El escrito de alegaciones de la Fiscalía de Menores no se queda corto al calificar la actitud de la estudiante, que entonces cursaba segundo de Bachillerato en un centro religioso malagueño . Y vuelve a desarrollar punto por punto los mismos argumentos que sirvieron para que en octubre pasado una juez sobreseyera la causa abierta contra los cuatro chicos acusados.

Carga, con especial virulencia, contra el hecho de que la chica nunca declarara ante la Fiscalía, salvo en la primera «ratificación genérica». Efectivamente, la denunciante no ha vuelto a declarar . Fuentes cercanas al caso insisten en que sigue defendiendo particularmente que su denuncia es verídica, pero no lo ha hecho ante las instancias judiciales que así se lo han requerido.

Antes de llegar a este punto, los jóvenes denunciados pasaron un verdadero calvario. Poco antes de la Semana Santa de 2015, su propia compañera había acudido a la Policía. Les acusaba de acoso escolar, acoso telefónico, agresiones físicas y abuso sexual . Además de insultos, golpes y empujones, manifestaba haber sido víctima de distintos toqueteos entre las clases. En pleno Domingo de Ramos, los chicos fueron detenidos y pasaron varias horas en el calabozo.

Un juez de instrucción les impuso un alejamiento de 200 metros y cualquier tipo de comunicación con la presunta víctima. Por ello, tuvieron que dejar de ir al colegio precisamente el año en que se enfrentaban a la Selectividad.

Pero luego, la alumna ampliaría su denuncia. Muy gravemente, pues aseguró a la Policía haber sido violada bucal, vaginal y analmente en los jardines del propio centro escolar por tres de los cuatro chicos. El porvenir se les ponía cada vez más negro.

Tras el «shock» de la denuncia, comenzó una verdadera odisea para los padres, que tuvieron que ir desmontando una a una las acusaciones de la chica. «Es increíble que fuéramos nosotros los que tuviéramos que demostrar nuestra inocencia» , declararon los chicos a ABC en la única entrevista que han concedido . Ese día, el colegio les rendía un sentido homenaje después de que no hubieran podido graduarse -era su último año en el centro- a la par que sus compañeros.

Pero lograron acreditar cómo los días en que la chica denunciaba haber sido víctima de puñetazos y golpes ni siquiera estaba en el centro. Cómo las fotos de moratones que presentó como prueba en su denuncia ante la Policía las había sacado de internet . Y que la jornada en que ella aseguraba haber sido violada bucal, anal y vaginalmente en los jardines del colegio por tres de los muchachos ellos ni siquiera estaban en sus instalaciones . Incluso que sólo media hora después del momento en que situó el aberrante episodio de agresión sexual que aseguró haber sufrido realizó dos exámenes de recuperación sin manifestar ningún tipo de actitud extraña.

Tras el archivo de la causa, la juez pidió que se dedujera testimonio contra la chica. El caso ha seguido sus trámites y se espera que este mismo año se celebre el juicio, en caso de no llegarse a un acuerdo previo. Los padres de los chicos denunciados, hoy ya todos mayores de edad, se han mostrado «muy sorprendidos» por la pena «tan baja» solicitada por la Fiscalía.