el niño británico fue tratado en praga
Ashya King se recupera en Marbella
Los padres del niño, que fueron detenidos por llevarse a su hijo del hospital de Southamton, anuncian acciones legales en Reino Unido y Estrasburgo
Ashya King no solo se recupera sino que ha recobrado la sonrisa. Se ríe porque puede andar de la mano, controla esfínteres y come solo. Hace unos días dio cuenta de un plato de pasta en una pizzería de Marbella, donde se reunió con sus padres y su abogado, Juan Isidro Fernández. La historia sería la de cualquier pequeño de su edad si no fuera porque se trata del mismo niño británico de cinco años afectado de un tumor cerebral que fue objeto de una gran polémica cuando el pasado septiembre sus padres se negaron a que recibiera un agresivo tratamiento de quimioterapia en un hospital de Southamton en Reino Unido. Hoy Ashya, que fue tratado finalmente en el Proton Therapy Center de Praga con un tratamiento de protones, se recupera satisfactoriamente en Marbella donde recibe rehabilitación y donde su familia posee una vivienda.
Pero el camino no ha sido nada fácil. Los padres, que tuvieron que llevarse al niño del hospital inglés sin el consentimiento de los médicos que aseguraban que Ashya moriría si no recibía el tratamiento que le proponían, fueron detenidos por la Interpol e incluso les retiraron la tutela. Y todo ello aderezado con graves acusaciones por negarse a que su hijo recibiera ese tratamiento.
Hoy la familia está contenta por haber conseguido finalmente que el pequeño se recupere sin necesidad de quimioterapia y radioterapia. Pero no están dispuestos a quedarse parados. Ahora empieza la batalla legal.
El abogado de la familia, Juan Isidro Fernández, anunció ayer que iniciaran acciones legales. Unas acciones que irán por dos vías. En la corte de Inglaterra pero también en Estrasburgo ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Así, según el abogado, la familia emprenderá acciones contra el hospital británico por una violación de los derechos humanos al calumniarlos y decir que el pequeño estaba «en riego de muerte» cuando lo que los progenitores querían era el mejor tratamiento. «Se les ha tratado como si fueran unos malos padres y como unos criminales», recalcó.
Pero también consideran que se han violado los derechos del menor que fue separado violentamente de sus padres durante seis días. «Ha habido un exceso de autoridad en la adopción de la medida por parte del Gobierno británico por no contrastar la información a sabiendas de que el padre tenía la intención de acudir a Praga», afirmó Juan Isidro Fernández. E insistió en que el padre del menor puso en conocimiento de las autoridades médicas su intención de acudir a un tratamiento alternativo porque no quería la radioterapia y quimioterapia y, pese a ello, los facultativos dijeron que el pequeño moriría si salía del hospital.
Es uno de esos casos que, como dice Fernández, para un abogado es algo más que una intervención legal, «Todo un logro personal y humano».
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