REGENERACIÓN
García de Cortázar insta a defender la idea de España frente a los nacionalismos y populismos
El colaborador de ABC ofreció sus recetas para la regeneración en una conferencia en Málaga
«España dejó de ser sentida como nación para ser sólo considerada como Estado. La dimos por sentada, dejamos de pensarla». El catedrático Fernando García de Cortázar puso ayer durante una conferencia en Málaga el dedo en la llaga buscando la genésis del marasmo que vive actualmente nuestro país .
Y luego pasó a las consecuencias. Columnista habitual de ABC y director de la Fundación Vocento , García de Cortázar identificó los fenómenos del nacionalismo separatista y el populismo en auge como los principales peligros a los que se enfrenta España . «Son fuerzas que desean reventar la estructura jurídica, los factores de cohesión social y los valores ideológicos sobre los que hemos podido construir el edificio de nuestra democracia», señaló.
A los primeros, los separatistas catalanes, los acusó de pretender «la abolición misma de la idea y la realidad de nuestra nación ». En cuanto a los populismos que, principalmente en el caso de Podemos , las encuestas les catapultan en intención de voto, -«caudillistas y salvapatrias llamados a misiones históricas», los definió- advirtió de su «entrega al romanticismo juvenil y al vergonzoso estallido de la inconsciencia».
Ante un nutrido público que abarrotó la iglesia del Sagrado Corazón de Málaga para escuchar su ponencia, titulada «En esta hora grave de España. Ideas para la regeneración», el catedrático citó a Albert Camus , quien dijo que «la tiranía no es un mérito de los dictadores, sino un error de los liberales». Por ello, para huir de esos errores, instó a responder a los peligros que nos acechan «con el liderazgo de una clase política responsable y con la madurez del pueblo»
Abundando en esas recetas para la regeneración, a los políticos les pidió el escritor que ante los casos de corrupción que proliferan todos los días «exageren las pruebas de rectitud». «Deben ser excepcionales», pidió. En cuanto a la ciudadanía en general, la exhortó a enmendar la ausencia de «los valores cívicos que deben sustentar la convivencia de los españoles». Entre ellos, citó la defensa del mérito, el culto al trabajo, la austeridad, la solidaridad entre individuos, clases y territorios, la lucha contra el «arcaísmo» nacionalista y la cohesión de una sociedad basada en las ideas propias de las democracias parlamentarias occidentales y de una civilización de raíz cristiana aunque de cultura laica.