Ciencia
La Universidad de Jaén identifica una transformación geológica en la Bética acaecida hace 5 millones de años
El atípico proceso, escasamente descrito en España, se derivó de incendios subterráneos
Investigadores del Departamento de Geología y del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias de la Tierra de a Universidad de Jaén han identificado el primer caso de pirometamorfismo descrito en la cordillera Bética, un proceso geológico poco común ocurrido hace alrededor de 5 millones de años en la cuenca de Molinicos, al sur de la provincia de Albacete.
«El pirometamorfismo es un proceso geológico bastante particular y curioso», ha explicado Isabel Abad , una de las investigadoras responsables del trabajo. Las rocas sujetas a este fenómeno presentan minerales de muy alta temperatura, superiores a los 900 grados , que se originan en la superficie terrestre o muy cerca de ella como consecuencia de la proximidad de un magma o por un proceso de combustión.
«En este caso, el pirometamorfismo está relacionado con incendios subterráneos ocurridos dentro de sedimentos lacustres ricos en materia orgánica durante periodos de sequía. La combustión espontánea de estos niveles con materia orgánica sucedió hace unos 5 millones de años cuando un antiguo lago, actualmente localizado en el sur de la provincia de Albacete, se desecó», ha resaltado Abad.
« El efecto de esta combustión de capas de arcilla ricas en materia orgánica dio lugar a rocas horneadas , junto a unas rocas con aspecto de roca volcánica, denominadas paralavas, que se diferencian de las verdaderas lavas por presentar una mineralogía diferente a la volcánica, ya que las paralavas proceden de la fusión de rocas sedimentarias», señala la investigadora.
Según el estudio elaborado, este proceso geológico, escasamente descrito en España, fue posible debido a las características particulares de este sector: una cuenca lacustre poco profunda que se secó muy a menudo y un contexto fracturado debido a la proximidad de una falla activa mayor que permitió la entrada de oxígeno en profundidad .
Como uno de los elementos más destacados, la Universidad ha señañado la excepcionalidad de las condiciones que dan lugar al afloramiento de este tipo de rocas. «Siempre entendemos que para que una roca sedimentaria se transforme en ígnea tiene que pasar por un incremento de presión y temperatura gradual que la transforme en metamórfica y ésta cuando funde se transforme en ígnea. Sin embargo, en las muestras obtenidas observamos un proceso de fusión directamente de materiales sedimentarios. Casi cabría decir que nos estamos saltando un paso en el ciclo de las rocas », ha expuesto la investigadora.
Abad, junto al resto de investigadores ( Matías Reolid , Mario Sánchez y Vicente López ) ha resaltado la influencia de un incendio en una zona limitada y en intervalos cortos de tiempo, generado por las condiciones idóneas de confinamiento y altas temperaturas combinadas con el acceso de oxígeno a cierta profundidad, lo que es susceptible de provocar la aparición de este tipo de rocas que son bastante exóticas.
A partir del análisis mineralógico y geoquímico de las rocas, el estudio ha descrito la existencia de 2 tipos de materiales. «Encontramos por un lado las paralavas, que son esos materiales que han llegado a fundir completamente, alcanzando temperaturas de más de 1.000 grados, como se desprende de la modelización termodinámica del proceso y de la presencia de minerales como la cristobalita, mientras que por otro lado, localizamos otros materia les situados a su alrededor, que simplemente se calentaron, se endurecieron, a raíz de la circulación del oxígeno, se oxidaron, y debido a ese proceso tienen unas coloraciones rojas muy llamativas », ha aclarado Abad.
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