Sucesos

Rencillas entre dos familias convierten a una calle pobre de Jaén en un polvorín

Uno de los clanes ha decidido abandonar la ciudad tras la detención de cuatro personas

Armas blancas requisadas por la policía en el marco de la operación. ABC

JAVIER LÓPEZ

La calle Antonio Díaz, situada en la zona sur de Jaén, en la falda del castillo de Santa Catalina, ofrece una de las mejores vistas de la ciudad y está flanqueada por un extenso pinar. En circunstancias normales, sería una zona perfecta para residir, pero ni la miseria ni el encono son circunstancias normales. De modo que la policía nacional ha tenido que reforzar esta semana la vigilancia para apaciguar la tensión generada por el enfrentamiento entre dos familias, que se ha saldado con cuatro detenidos y dos heridos.

Los agentes patrullan la constantemente e incluso hay agentes apostados en esta calle del barrio de San Vicente de Paul. Seguirán allí hasta tanto no se normalice la situación. La policía nacional prevé que la convivencia retorne cuando un clan abandone la zona, deseo que ha expresado una de las familias, alguno de cuyos miembros se han trasladado ya hasta otra provincia andaluza .

El detonante del éxodo ha sido la brutal paliza que cuatro miembros de una familia propinaron a dos de otra el sábado, lo que motivó a su vez la concentración de medio centenar de personas ante la vivienda de familiares de los agresores. La policía se desplegó por la zona para evitar más disturbios, al tiempo que identificó y posteriormente detuvo a los agresores.

Las rencillas y acusaciones cruzadas desencadenaron la agresión. Los hechos ocurrieron cuando un joven que circulaba en compañía de su padre por una calle céntrica de la ciudad fue amenazado e insultado por cuatro personas de una familia rival, quienes arrojaron sobre el vehículo varias mesas de la terraza de un establecimiento hostelero.

Las víctimas, perseguidas, escaparon con su vehículo hacia a la carretera de circunvalación, presumiblemente con la intención de llegar a su barrio. El conductor evitó una embestida frontal del vehículo perseguidor, pero no el choque por la parte trasera, que motivo que el conductor perdiera el control del mismo. Los cuatro ocupantes del vehículo perseguidor, que portaban armas blancas , comenzaron a propinarles golpes y pinchazos dirigidos a sus rostros y tórax.

Dos de los agresores propinaron presuntamente fuertes golpes en la cabeza al padre, al que le fracturaron la tibia y el peroné de una de sus piernas, dejándolo tendido en el suelo, inconsciente, mientras sangraba . Posteriormente, los agresores emprendieron la huida en su vehículo, en tanto que el hijo trasladaba al padre a un centro hospitalario, donde permanece en estado grave. 

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