Sucesos
La quema de una furgoneta en Jaén desata una operación europea de trata laboral con 15 detenidos
La organización desarticulada por la Guardia Civil cobraba a moldavos que trajababan en el campo con nombres falsos
El juzgado número 3 de Jaén instruye un caso de trata de trabajadores que se ramifica por varios países de Europa. La investigación, que se ha saldado hasta el momento con la detención de 15 personas , parte de la quema de una furgoneta en el municipio jiennense de Fuerte del Rey. De la declaración que prestaron sus propietarios coligió la Guardia Civil que utilizaban nombres falsos y que aguardaban instrucciones.
La investigación relaciona la quema de la furgoneta con el menudeo de hurtos en la población, que coincide con la permanencia en el lugar de trabajadores moldavos con identidad rumana . La organización captaba en el antiguo país soviético a personas a las que transmutaba en oriundas de Rumanía con la ayuda de diversas gestorías. Esto permitía a los moldavos trabajar en la recolección de la aceituna sin que los agricultores tuvieran constancia del engaño.
Los agricultores, de hecho, son víctimas indirectas de la trama , cuyos principales damnificados son los trabajadores moldavos, que recibían íntegro el salario estipulado en el convenio del campo (53,42 euros por día), pero aportaban la mayor parte a la organización. Ajenos a este delito estaban los olivicultores, que pagaban lo establecido y ofrecían alojamientos dignos a los trabajadores del este de Europa, a quienes creían rumanos.
La organización utilizaba nombres ficticios, pero también reales para los trabajadores moldavos. Lo que implica un fraude por la cotización a la Seguridad Social de las personas rumanas a las que suplantaban, quienes, presuntamente, desconocían también la trama. En este sentido, la Guardia Civil sospecha que la relación provenía de las gestorías investigadas, copartícipes necesarias de la explotación laboral.
Las detenciones y los registros se han llevado a cabo en Jaén, Huelva, Córdoba, Badajoz y Albacete en el marco de la operación Urofort, iniciada por el juzgado de la capital jiennense tras aportar la Guardia Civil el testimonio de los moldavos que aguardaban en Fuerte del Rey la orden de desplazarse hasta otra campaña agrícola tras concluir la recolección de la aceituna.
La trama no era perfecta. La apariencia de legalidad del sistema empleado para burlar la legislación laboral y explotar a los moldavos tenia errores. Uno de ellos es que cuando los agricultores pasaban lista por la mañana para saber qué trabajadores acudían al tajo algunos de ellos no se daban por aludidos porque no habían interiorizado su nuevo nombre. Otro es la falta de cautela de los capos en conversaciones telefónicas escuchadas por la Guardia Civil.