SOCIEDAD

Protesta de centenares de personas de Villanueva del Arzobispo contra la contaminación ambiental

La utilización de biomasa para la calefacción emite partículas potencialmente cancerígenas en el municipio jiennense

Acto de protesta contra la contaminación del municipio ABC

Javier López

Centenares de personas han participado hoy en el acto de protesta que se ha llevado a cabo en el municipio jiennense de Villanueva del Arzobispo para exigir soluciones a la contaminación derivada de la utilización de la biomasa como energía para la calefacción de las viviendas. La localidad, cuyo censo es de 8.500 habitantes, ha sido objeto como Madrid y Barcelona de un expediente sancionador de la Unión Europea por mala calidad del aire.

Un estudio elaborado por un organismo público, el Centro de Investigaciones Energéticas en 2016, reveló que el aire de Villanueva del Arzobispo contiene un nivel benzopireno que dobla nivel máximo permitido y que sobrepasa en 48 veces el limité legal permitido de partículas PM10. El primero es potencialmente cancerígeno y las segundas afectan a las vías respiratorias .

Paradójicamente, se trata de un problema inducido por la Administración autonómica, como recuerda un portavoz de la Asociación Villanueva Sana. Tras el traslado de una gran orujera a principios de siglo desde el casco urbano a la periferia se redujo el problema de la contaminación, causada por el secado de residuos de la aceituna, pero años después, en 2011, la Agencia de Andaluza de la Energía promocionó y subvencionó la utilización de este modelo de energía para las calderas domésticas.

«Lo que era un problema generado por una fábrica se convirtió en un problema generado por numerosas viviendas », ha explicado el portavoz, quien ha denunciado la incongruencia de que los propietarios se enfrenten ahora a la posibilidad de que les sancionen si utilizan para calentar sus hogares la energía que le ha recomendado la propia administración pública.

La Asociación Villanueva Viva ha puntualizado que el problema de contaminación de partículas se circunscribe a los meses invernales . Así, de marzo a octubre el nivel es normal, pero de noviembre a marzo se dispara por la utilización de la energía que la propia administración califica de ecológica como combustible para las calefacciones dentro del casco urbano.

Las partículas presentes en el aire que respiran los vecinos durante 5 meses tienen un alto porcentaje de compuestos orgánicos, con origen comprobado en la combustión de biomasa. Estas sustancias presentan niveles reducidos el resto del año a pesar de la actividad de la orujera y la planta térmica de biomasa.

El periodo invernal, empero, es suficiente para superar los límites anuales permitidos de partículas PM10 y los limites anuales de benzopirenos, sustancias relacionadas con el origen de los cánceres de pulmón, piel, estómago y vejiga , según la Asociación, que se ha lamentado de que «importante esfuerzo» realizado hace 15 años para mejorar la calidad ambiental haya sido infructuoso por la utilización de la biomasa en los hogares.

«Los vecinos no comprendemos lo que ha pasado: un combustible presentado como ecológico promocionado y subvencionado es el origen de un gravísimo problema de salud pública en nuestro municipio . Según se nos informa porque lo usamos mal y este problema puede ser extensivo a muchos núcleos urbanos que no tienen medidores de calidad del aire. Ante la situación surge la duda razonable de si realmente existen condiciones técnicas y legales que permitan el uso compatible de esta energía con el derecho a la salud», ha expuesto Villanueva Sana.

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