Sucesos
Prisión para dos de los agresores de policías de la Estación Linares-Baeza
El juez prohíbe acercarse a los agentes a otros cinco detenidos que participaron en la refriega
Un juzgado de Linares ha decretado prisión preventiva y sin fianza para dos de los detenidos por herir a cinco agentes de policía (tres nacionales y dos locales) en la refriega que tuvo lugar el pasado 28 de abril en la población de la Estación Linares-Baeza. Asimismo, la autoridad judicial ha ordenado el alejamiento de Linares a otros cinco arrestados, a los que les ha prohibido además acercarse a cualquier agente que resida en el lugar de los hechos.
Los encarcelados por orden del juzgado número tres de Linares son el presunto cabecilla de un clan radicado en el barrio de Vista Alegre y uno de sus hijos. El resto también está acusado de atentado a la autoridad y lesiones, ya que durante la batalla campal, iniciada por los arrestados, uno de los policías sufrió un derrame ocular, otro una lesión en la clavícula y un tercero un esguince de tobillo .
De los cinco heridos, cuatro ha retornado al trabajo. Todos ellos, y también los guardias civiles que les ayudaron, han sido felicitados por la subdelegada del gobierno en Andalucía, Francisca Molina , quien ha mostrado su total apoyo a los agentes heridos mientras realizaban tareas de control y seguridad ciudadana en la Estación Linares – Baeza, cuando se produjo una refriega con vecinos de esta localidad.
El relato policial de los hechos revela que el cabecilla del clan circulaba a gran velocidad por el casco urbano, por lo que una patrulla le persiguió hasta que en paso de cebra este hombre bajó del coche e increpó a los agentes. Uno de los policías bajó del suyo. En ese momento otro vehículo se situó tras el coche patrulla de manera tal que le impedía retroceder. Varios hombres se bajaron entonces de los vehículos y empujaron al agente, al que, una vez en el suelo, golpearon.
El agente que permanecía en el interior del vehículo se bajó entonces para intervenir, pero le atacó por la espalda unos de los agresores. Varios de ellos intentaron robarles las armas de fuego y los móviles para evitar que pidieran ayuda. Como no lo lograron llegaron en auxilio de los policías otros cuatro agentes, si bien seguía la desproporción de fuerzas, ya que en torno a medio centenar de personas rodeaba entonces a los policías, a quienes lanzaban piedras y propinaban golpes. En réplica, los agentes usaron sus defensa reglamentarias con eficacia. Además, la llegada de la Guardia Civil inclinó la balanza a favor de las fuerzas del orden.
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