Sociedad
El obispo de Jaén se solidariza con Linares y denuncia que su estado «ha empeorado visiblemente» en tres años
Amadeo Rodríguez Magro pide un «diálogo sincero» a las administraciones y a los agentes sociales para resolver el problema
En octubre de 2017, el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro , escribió una carta pastoral con motivo de la Jornada Mundial por un Trabajo Decente, en la que se hacía eco de la precaria situación laboral por la que atravesaba entonces la ciudad de Linares. Tres años después el prelado constata que la situación, lejos de mejorar, «ha empeorado visiblemente».
El obispo recuerda la multitudinaria manifestación que con el lema Todos a una por Linares pedía entonces a los responsables políticos, económicos y sociales decisiones responsables que contrarrestaran el « triste récord de paro que afligía entonces a Linares, con todas las consecuencias económicas, sociales, incluso familiares y personales, que se derivan negativamente de la falta de trabajo».
El problema se ha agudizado, según Rodríguez Magro, como demuestra que el cierre de comercios se sucede inexorablemente en una ciudad que, a su juicio, « ha contemplado, con dolor y rabia, cómo desaparecían las explotaciones mineras, se desmantelaba su rico tejido industrial, y desaparecían servicios emblemáticos del sector terciario, como el comercio, con ejemplos recientes de sobra conocidos», en alusión al inminente cierre del centro de El Corte Inglés.
Además, la actual pandemia de coronavirus «ha agravado sensiblemente esta, ya de por sí, delicada situación económica y laboral», ha añadido el obispo, quien como el Consejo Episcopal y los sacerdotes del Arciprestazgo de Linares son conscientes de que «los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo» (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes 1).
Por ello, ha hecho pública una nota «dirigida a los creyentes de las comunidades parroquiales de Linares, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad , para hacerles llegar, en este momento de tristeza y angustia para muchas personas vulnerables, su cercanía humana y su solidaridad cristiana».
«A nadie se lo oculta la magnitud de un problema para cuya solución es necesario un entendimiento franco y un diálogo sincero entre las diferentes administraciones públicas y los agentes sociales », ha aclarado el obispo, quien ha hecho hincapié en que cada persona «está llamada a colaborar, como pueda, para paliar el dolor de muchas personas que sufren por la falta de trabajo o recursos económicos, haciendo así realidad la repetida invitación del Papa Francisco a 'tocar la carne sufriente de los demás'”.
Lo que se traduce en acciones caritativas concretas desde distintos ámbitos eclesiales, como Cáritas Diocesana y las Cáritas parroquiales, y las cofradías y hermandades, que se esfuerzan, según ha dicho, por paliar con su ayuda material y humana los efectos negativos que la pandemia tienen en amplias capas de una población, como la de Linares, que ve, día a día, reducidos sus medios económicos básicos de subsistencia .
El obispo de Jaén ha recordado que hace más de un siglo, un ilustre linarense, San Pedro Poveda , «muy sensible al problema que representaba la pobreza de amplias capas de la sociedad de su tiempo, escribió que no hay necesidad de ser rico para dar; basta ser bueno. El bueno siempre encuentra qué dar… El pobre a Jesús representa ”.
«Desde esta firme convicción, la diócesis de Jaén con su obispo al frente, y en esta Iglesia particular del Santo Reino, las comunidades parroquiales de Linares, desean renovar sus sentimientos de cercanía a quienes más sufren la dura realidad a la que se enfrenta esta ciudad», así como mostrar su disponibilidad para, entre todos, buscar las posibles vías de solución al «claro desafío» que representa el desempleo para el futuro inmediato de Linares.
«Desde la esperanza que nace del Evangelio, en este momento de oscuridad social y económica invocamos la intercesión de dos ilustres linarenses, San Pedro Poveda y el beato Manuel Lozano Garrido, Lolo , para alcanzar la luz necesaria con la que ver cómo debemos actuar en bien de toda la ciudadanía. Y dirigimos también la mirada a la Madre de Dios y madre de todos los linarenses, la Virgen de Linarejos, madre de los pobres y consuelo de los afligidos », para que en este momento crucial de la historia de Linares «sea, como fue en otros difíciles momentos del pasado, amparo y socorro de cuantos la tienen como patrona».
Noticias relacionadas