Religión

El obispo de Jaén ensalza la proximidad de la Virgen de la Cabeza con los que sufren la pandemia

La misa en honor a la Madre de Dios, eje de una fiesta sin romería a causa del coronavirus

Misa en honor de la Virgen de la Cabeza oficiada por el obispo de Jaén Ayuntamiento de Andújar

Javier López

El coronavirus ha impedido la celebración por segundo año consecutivo de la romería de la Virgen de la Cabeza , la más antigua de España, pero la fiesta en honor a la Madre de Dios ha sido conmemorada con la celebración de la eucaristía oficiada por el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro , quien en su emotiva homilía ha hecho hincapié en la proximidad de María con quienes han sufrido las consecuencias de la pandemia.

Rodríguez Magro ha enhebrado su sermón a partir de su diálogo con la Virgen de la Cabeza: «Te has enternecido ante la actitud de servicio, de entrega, de generosidad de cuantos atendían los servicios sanitarios; has llorado ante la impotencia que reflejaban los ojos de muchos; has guardado en tu corazón multitud de confidencias; has acompañado la soledad de los enfermos; has fortalecido la inseguridad de los que sentían que la vida se les iba . Con todos has estado, Madre Santísima».

En el marco de la celebración, a la que ha asistido el alcalde de Andújar, Francisco Huertas , y la subdelegada del Gobierno en Jaén, Catalina Mañueño , el obispo ha pedido a los fieles que no echen en saco roto « todo lo que nos está enseñando este tiempo de pandemi a». Y esto porque, según ha expuesto, «nuestra querida Madre, en su peregrinar entre nosotros, ha visto mucha bondad, a pesar de que han sido tiempos de difícil control emocional para todos».

Rodríguez Magro ha resaltado que muchos han aparcado el individualismo como forma de vida. «Ella ha visto la multitud y diversidad de servicios que tantos han realizado, con una generosidad sin límites . Por todo ello, la Virgen nos recuerda que ser persona es ser responsable, que el ser humano es imagen de Dios y, por eso, hermanos todos».

En el lado opuesto, el obispo ha lamentado «la irresponsabilidad de tantos grupos sociales», que, según ha expuesto, «se han negado a aceptar una realidad que es incuestionable» y « siguen manteniendo comportamiento grupal es de una gran insensibilidad ». «¿Cómo decirles que un mundo que ha experimentado un mal que nos ha hechos a todos igualmente vulnerables y frágiles, necesita ahora de la solidaridad de todos en la defensa común de lo que nos perjudica y daña?».

Durante el sermón el prelado ha apelado a la esperanza que se apuntala en la fe en Cristo : «La Virgen de la Cabeza quiere que hoy suene con claridad lo que Jesús dice de sí mismo: "Yo soy el Buen Pastor". Con ese símbolo Jesús nos está manifestando un ofrecimiento: aquí estoy yo y soy para vosotros. He venido de parte de mi Padre y Padre vuestro a daros la vida. Para Jesús no hay otra razón en su vivir que cuidar al ser humano ; para Él no hay nada más importante que todos nosotros, ni siquiera Él mismo; por eso, da la vida por sus ovejas».

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