El rector asegura que la basílica es de la Iglesia

Nuevo asedio al cerro del Cabezo

La cofradía matriz pide inmatricular a su nombre el Santuario

Santuario de la Virgen de la Cabeza

Javier López

El 15 de septiembre de 1936 comenzó un asedio de nueve meses al santuario de la Virgen de la Cabeza, situado en un cerro de Sierra Morena, escenario de la romería más antigua de España y de uno de los episodios más célebres de la Guerra Civil. Ochenta años después se libra otra batalla, esta vez incruenta, entre la orden trinitaria y la cofradía matriz de La Morenita, que acaba de solicitar a un juzgado de Andújar inmatricular a su nombre la basílica.

El rector del santuario, Domingo Conesa, ha aclarado a ABC que la Iglesia católica es propietaria del santuario «desde siempre». Por concretar, desde 1234, fecha en la que se construye la primera ermita. Es la única precisión que realiza a este periódico el sacerdote, quien aclara que lo importante, ahora, es centrarse en la apertura de las puertas del santuario en el marco del jubileo de la misericordia decretado por el Papa Francisco.

El obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, ha ordenado que sólo se abran tres puertas para este menester, las de las Catedrales de la capital y de Baeza, y la del santuario, lo que aclara la importancia de esta basílica, cuya imagen titular, la Virgen de la Cabeza, es patrona de la diócesis. De ahí la gran magnitud de la polémica , agravada por la decisión de la cofradía de recurrir al juzgado para exigir la titularidad de un parte significativa del cerro del Cabezo.

En concreto, pide inmatricular una superficie de 5.353 metros cuadrados, sobre la que se alza el santuario y otras edificaciones de uso cultur al, así como viviendas y aparcamientos. Así consta en el edicto firmado por la letrada de la administración del juzgado de primera instancia número tres de Andújar, en el que refleja que la titularidad de la finca en el catastro consta a favor del Obispado de Jaén, órgano que apoya a la orden trinitaria desde que en agosto de este año estalló el conflicto entre ambas partes.

El origen del enfrentamiento es la propuesta de la cofradía para que la imagen no luciera insignias civiles y militares en determinadas fiestas mayores, como la conmemoración de la aparición y la romería, a lo que se opuso el rector de la orden por considerar que para adoptar dicha medida es preceptiva la autorización del obispo, quien suspendió el acuerdo de la junta de gobierno. La decisión indignó a la cofradía matriz, que cargó contra el rector del santuario, a quien acusó de obstaculizar la labor de la hermandad.

El rector, por su parte, lamentó que la cofradía descalificara su misión, que no es otra, dijo, que acrecentar «la fe en Dios» y la cercanía «a su madre Santísima». Conesa rechazó las acusaciones de quienes le acusaron, a él y al obispo , “de interpretar interesadamente los estatutos de la cofradía matriz, de actuar en contra de la misma, de querer apoderarnos de una devoción que es del pueblo”.

Muy al contrario, el rector aseguró que respeta el trabajo, «muchas veces silencioso y en pocas ocasiones agradecido», que realiza la cofradía matriz de Andújar. Añadió que debe tener las máximas consideraciones y ocupar el primer lugar que le corresponde. Puntualizó, no obstante, que sus estatutos «deben ser garantía de orden y comunión eclesial». Y aclaró que el artículo 32 determina que corresponde al consiliario y a la junta directiva organizar los cultos y velar por su recta realización, de modo que no se opongan «a la pureza de la fe, buenas costumbres y normas de la Iglesia». 

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