La memoria histórica se cuela en el museo Ibero

El museo Ibero se alza sobre la superficie de la vieja cárcel de Jaén, razón suficiente para que en un espacio dedicado íntegramente a una civilización que surgió miles de años antes de Franco se intercale un monumento a la memoria histórica, obra del artista Miguel Fuentes del Olmo , que representa a una figura humana «en la lucha y protección de su dignidad e ideales». El objetivo es «perpetuar el recuerdo y reconocimiento a las personas que fueron represaliadas durante la Guerra Civil y la dictadura en este enclave».

Al acto de inauguración de esta obra han asistido el consejero en funciones de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, Felipe López , el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Reyes , la delegada de la Junta en la provincia, Ana Cobo, y el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Miguel Ángel Valdivia , entre otros.

Felipe López ha destacado que «el Gobierno andaluz no podía dejar de poner de relieve la historia que está detrás de este emplazamiento donde hoy disfrutamos del museo de arte Ibero, un lugar que durante muchos años fue la cárcel provincial y un lugar de ignominia y represión que tenemos que recordar y que ahora transformamos, con esta escultura, en espacio para la paz, la convivencia y la libertad».

El consejero ha recalcado también que «desde la Junta de Andalucía se viene realizando un gran esfuerzo para hacer justicia con las personas y para la recuperación de la memoria histórica y democrática a través de múltiples iniciativas como la de impulsar estos monumentos conmemorativos que den testimonio a las futuras generaciones de la lucha y el sacrificio de muchas personas por la libertad y la democracia».

Por su parte, Francisco Reyes ha señalado que la apertura de espacios como éste «debe servir para trasladar la necesidad de que recuperar la memoria de nuestra historia más reciente significa contribuir a que hechos como los que acaecieron en lugares como la antigua cárcel de Jaén no vuelvan a producirse ».

En este sentido, ha remarcado que este espacio a la memoria es «un lugar para la reflexión, para crear conciencia de algo que nunca tendría que haber ocurrido», además de que «contribuye a que la memoria de todos aquellos que fueron torturados y fusilados por defender valores como la igualdad y la libertad , en los que se asienta nuestro sistema democrático, no caigan en el olvido».

Según Miguel Fuentes del Olmo, «la escultura pretende describir mediante una exposición narrativa, materializada con una figura humana que cae al suelo, la represión y sufrimiento de estas personas». «Dicha figura se presenta con los brazos en alto intentando protegerse de los golpes a la que es sometida, reflejando así la lucha contra la represión, manteniendo los puños cerrados en alusión al saludo republicano y sobresaliendo uno de sus puños por encima en representación del triunfo de la dignidad», según ha explicado el autor, que es catedrático emérito por la Universidad de Sevilla.