Cultura

Manuel Mateo Pérez: «La mujer es hoy más infiel que el hombre»

El escritor jiennense aborda en Manual del deseo, su nuevo ensayo, la complejidad de las relaciones sentimentales

Manuel Mateo Pérez, autor del ensayo Manual del deseo ABC

JAVIER LÓPEZ

En su nuevo ensayo, Manual del deseo (Sexo, amor e infidelidad en tiempos confusos), editado por Berenice, el escritor y periodista Manuel Mateo Pérez adentra al lector con maestría en el turbulento terreno de las relaciones sentimentales, donde, según sugiere, a menudo nada es lo que parece. Con una prosa adictiva, contundente, desprovista de azúcares , el autor jiennense redacta un libro romántico a su manera: sin miradas a la luna, pero con manos que se entrelazan.

Hay quien muere por amor. ¿Se muere por sexo?

No es posible banalizar el desamor. Es uno de los desórdenes más bruscos a los que se enfrenta el ser humano. Es un dolor similar a la pérdida por muerte de un ser muy próximo. Más allá de su tautología romántica, no sé si se puede morir por desamor. Pero de lo que no tienen duda los neurocientíficos es de que debilita a la persona hasta el punto de anular sus defensas y ser más vulnerables por ello a toda suerte de enfermedades, entre ellas las más graves. ¿Morir de sexo? No. Eso no es posible. Aunque sí enloquecer por su falta de práctica.

¿Qué garantiza más el futuro de una relación, el beso en la frente o la noche loca?

Una primera noche loca seguida, mucho tiempo después, de un beso en la frente. No es posible la construcción del amor sin el deseo hacia el otro. Las fases del amor en las personas es siempre la misma: Deseo, amor y ruptura, esta última canalizada muchas veces por la infidelidad.

¿Quién es más infiel? ¿El hombre o la mujer?

Nos han hecho creer que el hombre. Y es posible que hasta hace unas décadas la infidelidad fuera mayoritariamente masculina. Hoy ya no es así. Le daré un dato: La mayor parte de las demandas de divorcio que entran en los despachos de abogados de las grandes ciudades vienen provocadas por actos de infidelidad, la mayoría de las veces cometidos por mujeres.

¿Es entonces un fenómeno más urbano que rural?

Sí. De eso no hay duda. La práctica de la infidelidad es más fácil cometerla en ambientes urbanos donde es más fácil pasar desapercibido que en esferas más reducidas.

¿Hay que perdonar la infidelidad?

¡Jamás! Por tres motivos: El primero porque el infiel pierde la excitación que despierta su pecado. El segundo porque una vez descubierto o, aún peor, confesado sabes que a partir de ese instante el futuro siempre será peor para los dos. Y el tercero, y quizá el más importante, porque tomas conciencia de que la persona que te ha engañado ha dejado de merecer la pena. Hay hombres y mujeres maravillosas cuyo nombre desconoces mil veces mejores que el traidor o la traidora que por suerte has dejado atrás.

En su libro habla del onanismo, ¿No le parece que practicarlo es cómo hablar solo, un acto de desesperación?

A lo largo de la historia el onanismo ha arrastrado mala fama. Fernando Pessoa lo condenaba en su Libro del Desasosiego de manera inmisericorde. De lo que dudo es de que no se hubiera tocado nunca. La masturbación es un descubrimiento que conduce irremediablemente a una certeza: Hay ciertas cosas en la vida que es mejor dejar en manos de otra persona.

Usted asegura que en el ámbito del sexo esconder es mostrar. Según eso, ¿es más excitante un burka que un escote?

No. No puede existir algo menos lascivo que un burka, más allá del daño moral que representa para la dignidad de la mujer una prenda tan repugnante. Lo que yo sostengo es que el desnudo ha dejado de ser un motivo de provocación. O aún peor: un argumento de excitación. Ha acabado por ser todo lo contrario, porque su contemplación va contra las reglas básicas del erotismo tras descubrir que esta época de sobreabundancia nos enfrenta a un hastío que jamás habíamos imaginado padecer.

Describe en su libro una realidad dominada por la insatisfacción ¿nadie acepta lo que le ha tocado vivir?

¡Eso es un mito más propio de Paco Martínez Soria que de un hombre ilustrado como vos!

Hay mujeres que acusan al hombre, en general, de pensar siempre en lo mismo ¿El deseo es masculino?

El feminismo se ha convertido en una enmienda a la totalidad en torno al hombre. Ese empoderamiento feminista ha hecho que la mayor parte de los hombres den un paso atrás, se mantengan callados y oculten sus verdaderos deseos de decir: 'Ya basta de que me eches la culpa de todo. Yo no soy responsable de las faltas que cargas sobre mis hombros'. ¿Qué hombre conoce usted que esté a favor de las desigualdades entre sexos, que respalde la repugnante violencia ejercida contra una mujer o que niegue algo tan elemental como el derecho para todas las personas con independencia de su género? Esa victimización que el feminismo ha enarbolado separa a mujeres y hombres como jamás antes había sucedido. Y ¡ojo! esa puerta no la han abierto los hombres.

La ideología de género, por lo que tiene de inhibidora de la masculinidad, ¿es el nuevo bromuro?

Hay un mensaje aún peor: aquel que sostiene que una mujer es un valor por sí misma por el mero hecho de ser mujer. Eso es falso. ¡Absolutamente falso! Eres un valor con independencia del sexo que tengas si realmente has demostrado ese valor en alguna disciplina de la vida. Hay una mala noticia para las feministas: este mundo está lleno de mujeres mediocres en similar proporción y número que hombres mediocres.

Manuel Mateo Pérez: «La mujer es hoy más infiel que el hombre»

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