SOCIEDAD
Linares, la ciudad de los personajes prodigiosos
Carmen Linares, premio Princesa de Asturias, comparte la lista de linarenses egregios con San Pedro Poveda, Raphael, Andrés Segovia, Sebastián Palomo y el beato Lolo
A diferencia de los Bilbao, los de Linares no nacen donde les da la gana. Lo hacen en la ciudad jiennense y lo llevan a gala. De ahí que nativos egregios integren su lugar de procedencia en su nombre artístico. Ayuda a que así sea la sonoridad del topónimo, pero sobre todo el orgullo de pertenencia a una tierra que oficia de cuna de talentos y que los pare a montones. Lo acredita la reciente concesión del premio Princesa de Asturias a la cantaora Carmen Linares .
Para sus hijos ilustres, Linares es una referencia sentimental con una ventaja gramatical: tiene tres sílabas. Si Sebastián Palomo hubiera nacido en Villafranca del Penedés es posible que el diestro no hubiera adherido su lugar de nacimiento al alias porque la brevedad cotiza al alza en los carteles, sean taurinos o flamencos. Lo ejemplifica la premiada Carmen, cuyo nombre de guerra es un homenaje a la ciudad en la que con su padre ferroviario a la guitarra esbozó el primer palo.
San Pedro Poveda , fundador de la Institución Teresiana, es otro personaje ilustre de Linares, donde vino a la luz en 1864. Sacerdote católico, pedagogo y escritor, la Unesco reconoció su faceta de humanista en el centenario de su nacimiento. Comprometido con los marginados, antes de que lo fusilaran al comienzo de la Guerra Civil tuvo tiempo de luchar contra el analfabetismo y fundar las escuelas del Sagrado Corazón para niños pobres .
Sin salir de los altares, Linares cuenta con otro nombre de referencia, Manuel Lozano Garrido , Lolo , el primer periodista seglar beatificado. Finalista del premio Nadal y autor de numerosas obras de gran nivel literario se alió con la alegría a pesar de vivir en silla de ruedas durante 28 años y perder la vista 9 años antes de morir. En una reunión con la prensa católica el Papa Francisco le puso como ejemplo del gremio: «Nunca dejó de amar su profesión».
También amó la suya Andrés Segovia , artífice de que la guitarra española accediera con honores a la zona VIP de la música clásica. Nacido en Linares en 1893 su virtuosismo le granjeó estima profesional y premios internacionales. Llevó a cabo una revolución tranquila que propició mejoras en el instrumento para adaptarlo a los nuevos escenarios. Su legado permanece en sus alumnos y sus restos descansan en el museo con que le homenajea su ciudad.
En el ámbito musical destaca también Raphael, quien, al igual que Segovia, cuenta con un museo en la población en la que nació hace 79 años. El denominado en su mocedad artística niño de Linares suscita la admiración de los habitantes de esta ciudad andaluza. Ayudan mucho a preservarla los 60 años de carrera, las decenas de millones de discos vendidos y el afecto del cantante a sus paisanos.
La eclosión de Raphael en los escenarios coincidió con la de Palomo Linares en los ruedos, donde triunfó en las principales plazas. El único torero de la edad contemporánea de la fiesta nacional que ha cortado dos orejas y un rabo en Las Ventas (al meano Cigarrón el 22 de mayo del 72) nació, como el intérprete de Mi gran noche , en una ciudad que le incluye con honores entre sus personajes célebres.