SOCIEDAD
Lazan aves de peluche en vez de una pava viva en Cazalilla por la presión del movimiento animalista
La presión del colectivo explica la perdida de identidad de una tradición de casi 2 siglos
El Ayuntamiento del municipio jiennense de Cazalilla ha sustituido el lanzamiento de una pava viva desde el campanario de una iglesia por el de medio centenar de pavos reales de peluche . El cambio se deriva de la prohibición recogida en la ley 11/2003 de 24 de noviembre de protección de la Junta de Andalucía que impide el maltrato animal.
La modificación ha sido adoptada por la Administración local tras mantener su comisión de festejos una reunión con asociaciones y colectivos de la población. De esta manera intenta mantener a tradición sin vulnerar la legislación , a la que se recurrió a principios de este siglo, cuando el lanzamiento de la pava generó la interposición de denuncias por parte de movimientos animalistas.
Después de la procesión en honor de San Blas se han lanzado las aves, marcadas con los números comprendidos entre el 1 y el 50. Primero han sido arrojadas a la concurrencia. Y, después, desde el balcón del Ayuntamiento se ha procedido a la extracción de 5 bolas cuya numeración ha coincidido con la de otros tantos peluches. Los agraciados han obtenido un obsequio que les ha entregado la corporación local .
«Deseamos que transcurra de forma segura, divertida y vivamos las fiestas de otra forma, pero recordando siempre nuestra tradición original », ha expresado el alcalde, Manuel Jesús Raya Clemente , cuya iniciativa cuenta con el apoyo de la mayor parte de los internautas que han expresado su opinión en la página web del Consistorio. Hay, sin embargo, quienes aseguran que la sustitución del animal por peluches descafeína una costumbre de casi 2 siglos.
El declive, empero, comenzó en 2004, cuando el movimiento animalista comenzó a interponer denuncias ante la Junta de Andalucía contra el Ayuntamiento por el lanzamiento de la pava. Las sanciones administrativas no amilanaron al principio a la Administración local, que incluso consignaba una partida específica para la multa .
Sin embargo, en 2016 el Obispado n o autorizó el uso del campanario de la iglesia de Santa María Magdalena para el lanzamiento. A partir de ese momento la tradición comenzó a declinar hasta el punto de desaparecer el año pasado, por lo que el Ayuntamiento ha ideado el lanzamiento de peluches premiados para intentar mantenerla, dado que generaba ingresos a la localidad.