Sociedad

Juanma Camacho, Spiriman a la tila

La plataforma Jaén Merece Más, de la que es portavoz este empresario apacible, abandera la crítica por la marginación

Juanma Camacho, en el centro, durante la protesta de la España vaciada ABC

Javier López

Recién salido de la adolescencia Juanma Camacho irrumpió en el ámbito de la solidaridad con una acción que reportó un récord Guinness a Jaén. A instancia suya, y de otros chicos de su grupo, la sociedad jiennense llenó en 1993 de monedas el extenso paseo del parque de La Victoria. El dinero acabó en manos de los pobres . Desde entonces, las causas justas han sido la razón de vida de este apacible empresario más dado al discurso tranquilo que a la arenga.

En cierto modo, Camacho es Spiriman con dos tilas de más. Allí donde Jesús Cándel opta por la llama, por el verbo incendiario, el jiennense lo hace por la lumbre, por una oratoria de revolución sin barricadas . Ambos, empero, tienen el mismo objetivo, denunciar la marginación de sus respectivas tierras, lo que convierte sus estrategias en complementarias. También les une el hecho de que ambos han sufrido represalias del poder político.

Respecto a las diferencias, mientras el médico granadino capitaliza su movimiento, Camacho es simplemente el portavoz de la mayor plataforma ciudadana de la capital, Jaén Merece Más, que aglutina a centenar y medio de colectivos. Este hostelero jiennense es consciente de que ninguno de los sumandos es superior a otro , lo que confiere a sus intervenciones públicas un soporte mancomunado que permite a los oyentes visualizar el bosque, el todo, en lugar de admirar al ciprés.

El todo es la discriminación sistemática de una ciudad que hasta el alumbramiento de Jaén Merece más soportaba sin rechistar la discriminación sistemática, especialmente en materia de infraestructuras. Por eso, la clase política dominante, beneficiada por el carácter lanar de la población, emparenta a la plataforma con el victimismo a fin de desactivar un discurso fundamentado en la petición de autovías, trenes y empleo.

La vinculación de Jaén al cacicato explica que las manifestaciones convocadas por la plataforma no sean más multitudinarias. Con todo, decenas de miles de personas han participado en ellas desde que en 2017 el hartazgo ciudadano cristalizó en un movimiento que, con las deserciones pertinentes de los quintacolumnistas, aún perdura. Por una vez, las presiones políticas no han logrado dinamitar una corriente crítica.

En ella, Juanma Camacho es sólo un miembro más, que, como el resto, se la juega cada vez que reprocha a los partidos políticos dominantes su desapego con la ciudad a la que deben su nombramiento. Aunque en Jaén no se estila meter la cabeza de un caballo en la cama del ciudadano díscolo, lo cierto es que la dirigencia no deja la afrenta sin contestación. Lo que explica la existencia de críticos en la retaguardia.

En primera línea, hay jiennenses como Camacho, que, al igual que el periodista tímido que se sonroja al hacer la mejor pregunta, es el arquetipo de hombre tranquilo al que las circunstancias fuerzan al combate. En realidad, Jaén Merece Más es la suma de personas tranquilas cansadas del ninguneo político , venga de donde venga. De hecho, una de sus principales bazas es que no se identifican con ninguna opción política en una ciudad de trincheras. Saben, al fin y al cabo, que una trinchera no es más que una zanja politizada.

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