Cultura
El día que la gripe española dejó sin clases a Machado
Se cumplen 102 años del cierre de aulas ordenado por el Ayuntamiento de Baeza a causa de la pandemia
El 18 de noviembre de 1918 la junta municipal de Sanidad de Baeza remite un escrito al director del Instituto General y Técnico de la ciudad para comunicarle que el Ayuntamiento ha decidido mantener cerrados los centros educativos a fin de frenar la expansión de la gripe española. Entre los profesores afectados por la decisión destaca Antonio Machado , que imparte clases de francés en un aula sobre cuyos ventanales golpea la lluvia o cae la tarde.
El escrito, que lleva membrete de la alcaldía, alude a la conclusión de una reunión de la junta, que dictamina «en sentido contrario a la reapertura de clases» en el instituto General y Técnico ( actual instituto de Educación Secundaria Santísima Trinidad ) y en la escuela de Artes y Oficios «por entender que la concurrencia a las aulas de dichos centros podría determinar una mayor difusión de la epidemia de gripe reinante». Por una causa similar, el coronavirus, se han suspendido 102 años después las clases en la ciudad.
En España la historia siempre se repite como tragedia. Al igual que la población de hoy, los 15.000 habitantes con que contaba Baeza en 1918 hubieron de confinarse y extremar las medidas de seguridad para combatir al virus , del que no se fiaban. De hecho, el Ayuntamiento contestó en apenas dos días al oficio remitido por el director del Instituto, cuyas clases, como las del resto de centros educativos, habían dejado de impartirse en octubre.
La prevención estaba justificada. El historiador José Luis Chicharro Chamorro resalta que la gripe «se desarrolló bastante» en la ciudad. Tanto que, según expone, el Gobierno Civil de Jaén hubo de remitir 400 pesetas para gastos médicos. Como era poco dinero, se destinaron para tal fin otras 1.000 pesetas públicas el 16 de noviembre. Además, se pidió la colaboración de la iniciativa privada. Por las buenas o por las malas, ya que se impusieron cuotas a los contribuyentes .
Al igual que el Covid, la gripe devastó la economía. A falta del ingreso mínimo vital los poderes públicos coetáneos de la gripe aprobaron medidas que tenían como destinatarias a familias pobres afectadas por el virus, a la que se les suministraba leche gratuita . Para lo que, apunta el historiador, las administraciones «pedían a los cabreros que le pusieran un precio módico». A cambio el Ayuntamiento permitía pastar a sus rebaños en caminos públicos.
Más similitudes: el gel hidroalcohólico de 1918 atendía por zotal , insecticida adquirido por el Ayuntamiento de Baeza para rociar dependencias eclesiales, como el Seminario, y públicas, como el Instituto General y Técnico. Curiosamente, el zotal es hoy también utilizado para combatir el Covid. Así lo asegura al menos la publicidad de esta empresa, fundada en 1909, que destaca en su página web su «efectividad testada frente a coronavirus».
En 1918 hubo zotal, pero no versos. Don Antonio, devastado aún por la muerte de Leonor, no alude ni en sus poemas ni en su correspondencia a la devastación causada por la gripe española en Baeza. Tampoco a la interrupción de las clases impartidas en aulas de «un pueblo húmedo y frío, destartalado y sombrío», del que, empujado tal vez por la melancolía, enfermedad machadiana, sale en noviembre de 1919 para recalar en Segovia .
Machado pidió el cambio de destino en septiembre de ese año. Unos meses antes, el 25 de enero, el Ayuntamiento dio por terminada la batalla contra la gripe española. Ese día la administración local expresó su agradecimiento a los médicos que se habían significado en el combate contra la gripe española. Mucho después, en mayo de 2020, el Consistorio de Baeza homenajeó a Julián Cabrera , un facultativo fallecido a causa del Covid, cuyo nombre lleva hoy el campo hípico de la villa.