Sucesos
Desarticulada por la Guardia Civil en Jaén una banda de trata de esclavos captados en Rumanía y Moldavia
La organización les obligaba a trabajar 10 horas diarias en tareas agrícolas a cambio de 150 euros al mes
El incendio intencionado de una furgoneta en el municipio jiennense de Fuerte del Rey propició una investigación de la Guardia Civil que ha desembocado un año después en la desarticulación de una banda esclavista que sometía a un régimen de explotación a 147 personas rumanas y moldavas. La operación se ha saldado con 16 detenidos, 5 de ellos empresarios españoles.
Para apuntalar su criterio de que se trata de un caso de esclavitud del siglo XXI la Guardia Civil ha ofrecido dos detalles: una mujer era utilizada sexualmente de manera regular y a un muchacho moldavo que llegó a España de la mano de la banda para enviar dinero a su padre enfermo le impidieron irse a su país para asistir al entierro de su progenitor.
La banda organizada captaba en Rumanía y Moldavia a centenares de personas a las que prometía una vida mejor en España. En el momento en que la víctima daba el sí se ataba a los esclavistas, quienes, en connivencia con conductores de autobús de una línea regular rumana, pagaban un precio desproporcionado por el traslado. En concreto, el 500 % por encima de su valor .
Una vez en España los cobijaban en lugares infectos y les cobraban por la comida precios abusivos. En la mayoría de ocasiones eran trasladadas a poblados chabolistas, a infraviviendas donde residían a 45 grados de temperatura . En una acta levantada por el letrado judicial consta que convivían entre ratas y con un hedor insoportable.
Las víctimas trabajaban en torno a 10 horas diarias en las campañas agrícolas. Por lo general, los empresarios que les contrataban les pagaban el salario estipulado en el convenio del campo , pero el dinero, en vez de a sus manos, llegaba a las de la organización, que les restaba por todos los conceptos. Así, los productos de higiene y alimentos adquiridos a la banda quintuplicaban el precio y les cobraban por desplazarlos de una provincia a otra en furgonetas sin asientos traseros para que cupieran más personas.
La subdelegada del Gobierno en Jaén, Catalina Madueño , ha ofrecido hoy datos sobre la operación junto al coronel jefe de la comandancia, Luis Ortega , y el teniente coronel de la unidad de delitos contra las personas de la UCO, Javier Rogero , quienes han detallado el modo en que el cuerpo de seguridad del Estado ha desarrollado una investigación compleja por el elevado número de personas implicadas , más de 600, la mayoría víctimas.
Las víctimas eran presas fáciles captadas en Rumanía y Moldavia, donde vivían en situación de extrema necesidad , con promesas de trabajo, según ha destacado la subdelegada tras felicitar por la operación a la Guardia Civil, cuyo representante en Jaén ha detallado la estructura de la banda, formada por rumanos, para cuya desarticulación ha sido precisa tomar en diversas provincias 150 declaraciones y se han precisado 20 traductores.
Luis Ortega ha aclarado que la mayoría de los empresarios investigados no eran cómplices de la banda. Ellos pagaban lo estipulado, cerca de 60 euros al día a los trabajadores, quienes sólo recibían en torno a 4 euros diarios porque la organización les restaba de su salario lo que previamente le vendía a precios abusivos . De hecho, al saldar la cuentas, recibían únicamente de media entre 150 y 200 euros al mes .
La banda trataba como si fuera su dueña a las víctimas, a las que trasladaba de un lugar a otro de España en función de las campañas de recolección agraria. Así, la Guardia Civil constató que un matrimonio moldavo al que tomó declaración en Jaén trabajó después en Huelva con otra identidad.
Precisamente, un empresario onubense ha contratado a 18 de estas personas que previamente habían colaborado con la Guardia Civil en la investigación.