Historia

De cómo el general De Gaulle encontró en Jaén una cama a su medida

El presidente de Francia acabó sus memorias en el parador de la ciudad andaluza hace 50 años

Habitación que ocupó el presidente de Francia Charles de Gaulle en el parador de Jaén ABC

Javier López

Cuando en las plomizas noches parisinas el presidente Charles de Gaulle leía para su solaz usaba una determinada lámpara del Elíseo. Y no por manía: el general pagaba de su propio bolsillo la factura eléctrica que generaba su afición a los libros. La actual directora del parador de Santa Catalina , Carmen Méndez , ignora si hace ahora 50 años el ya exmandatario francés afrontó el coste de los cinco días en que se alojó en la fortaleza de Jaén para rematar sus memorias, pero tiene claro que en consonancia con el personaje fue una visita marcada por la austeridad.

El parador fue para el militar y político francés un traje a su medida : su imponente sencillez arquitectónica, el silencio de imaginaria del recinto y el paisaje de olivar ribeteado de pinos que se contempla desde el mirador propiciaron tal vez que el general cambiara de planes. Había llegado con la intención de pernoctar durante una noche, pero amplió su estancia para acabar sus memorias en un escenario con el que congenió incluso en sueños.

El expresidente medía 1,96 metros y en la España de la época, aunque era la del gancho de Luyk , se alcanzaba una estatura más modesta. La de Franco estaba por debajo de la media, pero su excelencia tampoco tenía que empinarse mucho para alcanzar la del conjunto de la población. Por eso, el militar francés viajaba con su propia cama, que no tuvo la necesidad de utilizar en el parador de Santa Catalina porque el recinto contaba con camas de gran tamaño en previsión de que se hospedaran personas talludas.

La habitación en que se alojó del 6 al 10 de junio de 1970, entonces la número 13 es hoy la 231. Y es uno de los muchos atractivos con que cuenta el parador de Santa Catalina. El cierre derivado de la pandemia de coronavirus ha impedido que se celebrara con el desarrollo de un programa específico el cincuentenario de su visita, pero el parador, consciente de la relevancia del huésped, no pierde ocasión para resaltar su estancia, compendiada en un libro de artículos periodísticos que obsequia a los clientes.

«A Jaén llegó el general para una sola noche, pero le inspiró tanto el paisaje que se divisaba desde su habitación que decidió alargar su estancia varios días y terminar sus memorias aquí en Jaén», resalta Méndez, quien aclara que en la decisión del expresidente francés también pesó el hecho de que en la provincia se produjo un episodio bélico trascendental: la primera derrota del ejército de Napoleón, que tuvo lugar lugar el 19 de julio de 1808 en Bailén.

De Gaulle llegó a Jaén a bordo de un vehículo Citroën, modelo tiburón, que estaba muy por encima del parque móvil español, en el que el brillo del Seat 1500 no era suficiente para opacar el oropel de dos modelos inferiores de la marca española: el 127 y el 124. « El coche del general causó sensación », resalta la directora del parador, pero en contraste el décimo octavo presidente de la república francesa quedó impresionado, aclara Méndez, «por la serenidad, belleza y grandiosidad» del parador.

Jaén fue el eje de su estancia en Andalucía. Así lo refleja una información de ABC fechada el 11 de noviembre de 1970, 2 días después de su fallecimiento, en la que se describe su periplo: tras Jaén visitó Granada y el municipio malagueño de Ojén, donde s e hospedó en la finca El Juanar . Después recaló en Cádiz y Sevilla, según destaca la crónica de ese día, que precedía a otra que informaba de que la embajada francesa en Madrid había arriado la bandera media asta en señal de duelo.

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