RELIGIÓN
Amadeo Rodríguez Magro: «La Iglesia católica promueve el regocijo»
El obispo de Jaén anima a asistir a la Feria de la Fe que se celebra el 19 de octubre en la institución ferial
La alegría como instrumento para la evangelización. En este pilar se apuntala la Feria de la Fe que, a propuesta del obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, se celebrará el próximo 19 de octubre en el recinto de la institución ferial de la capital de la provincia. El prelado anima al conjunto de la sociedad, creyente o descreída, a visitar un espacio en el que nadie está excluido.
Me habría gustado hacerlo a través de la santidad, pero he llegado a Dios a través del pecado. ¿Estoy invitado a la Feria de la Fe?
Claro. A Dios se llega siempre a través del pecado, de la conversión. Para llegar hay que salir de nosotros mismos. La santidad nos la va dando durante el camino.
Se lo pregunto porque habrá quien crea que la Feria está programada para los convencidos.
Nuestra misión consiste en hacer ver a los demás que Dios no excluye a nadie. En un reciente acto litúrgico en el que he participado por la restauración de una iglesia de Bedmar el sacerdote anunció a los fieles que el templo estaría siempre abierto y yo les propuse que invitarán a los demás a visitarlo. La Iglesia esta llena de acogimiento, de hermandad. Aquí nadie va a preguntar al que llega por qué no han venido antes.
Son muchos los incrédulos, pero ¿anida un San Pablo en cada ateo?
Creo que sí. La Iglesia católica está convencida de que todo hombre lleva dentro la imagen de Dios. En cada uno están presentes las entrañas, el corazón de bien.
Entonces, ¿a qué se debe la seriedad de los cristianos en los actos litúrgicos?
No podemos mandar sobre el rostro de nadie, pero a veces nuestros cultos son bastante rígidos. Yo hablo a los fieles en la Eucaristía, les hago preguntas, les interpelo. Al principio se sorprenden y callan, pero cuando les animo a contestar se liberan.
En ese caso, ¿haría falta un Vaticano II específico para los fieles? Se lo pregunto porque mientras los sacerdotes anuncian la alegría del Evangelio, el fiel no la exterioriza.
Los fieles avanzan hacia la alegría. Lo que tenemos que hacer los pastores cuando predicamos es prepararnos muy bien para hacerles llegar el Evangelio, la vida de la Iglesia, las enseñanzas de la Iglesia. Es una labor de todos. Especialmente, después del Vaticano II hemos redescubierto un modo activo de llegar a los laicos, que son la inmensa mayoría del pueblo santo de Dios.
La Iglesia alude continuamente a los pobres, pero es la clase media la que asiste a los cultos, la que catequiza, la que ejerce la caridad. ¿No es también su Iglesia?
Por supuesto. La Iglesia es de todos. Y es cierto que en Jaén hay una clase, a la vez media y humilde, que forma parte activa de la comunidad. De hecho, son su caras las que en una panel de fotografías que se expondrán en la feria de la Fe forman el rostro de Jesús.
Laudato Si, Beatus Ille, ¿el latín es el idioma del regocijo?
Evangelii gaudium… Digamos que la Iglesia promueve el regocijo. Sobre todo la Iglesia de hoy. Los últimos papas, desde Juan XXIII, han ido en esa dirección.
Entonces, ¿por qué cree que hay tanta gente que la rechaza?
El individualismo es un problema grave de nuestra sociedad. Es un síntoma de toda la sociedad occidental. El individualismo nos hace vivir solos, nos recluye en nosotros mismos.
¿Por eso propone a los laicos católicos que evangelicen?
Sí, cada católico tiene que evangelizar a otros. A personas concretas: a su padre, a su tío, a su abuelo…
Y para estar en consonancia con los tiempos, ¿habría que sustituir el mirad como se aman de los primeros tiempos de la Iglesia por el mirad como se divierten?
En la Feria de la Fe queremos transmitir esa alegría. Hemos venido a gozar. De eso se trata.
