Religión

Amadeo Rodríguez Magro: «Dios no estorba nunca al desarrollo del hombre»

El obispo saliente de Jaén destaca la buena actitud de los sacerdotes y los fieles de la diócesis

Amadeo Rodríguez Magro, obispo saliente de Jaén ABC

Javier López

Amadeo Rodríguez Magro se despide hoy de la diócesis de la que ha sido pastor durante un lustro. Cumple 75 años, pero como en el catolicismo la edad sí perdona el obispo saliente de Jaén se siente esperanzado y feliz con su nueva etapa.

- Kant pidió al hombre que se atreviese a pensar. En un mundo cada vez más secularizado, ¿cree que debe extenderse esta propuesta al ámbito de la fe?

- Claro. El hombre debe atreverse a aceptar la fe, a acoger ese don de Dios como un acto de libertad. Esta libertad, bien usada, en un atrevimiento y un riesgo porque la fe nos cambia la vida.

- ¿Qué se pierde un hombre sin fe?

- Muchas cosas. Se pierde el horizonte definitivo. Se pierde saber que va a tener eternamente vida, y vida buena y vida feliz. Porque el encuentro con el amor de Dios la renueva siempre.

- Deja de ser obispo de Jaén, ¿cómo se siente?

- Esperanzado. Muy sereno, muy feliz y muy agradecido al Papa Francisco por estos cinco años en la diócesis.

- Ha cumplido 75 años, pero en el ámbito católico esa edad es la flor de la vida…

- Estoy en la flor de la vida en todos los sentidos, menos en el físico. Tengo mis achaques, pero estoy bien. Hay una hermosa frase de Cristo que define mi situación: a cada día le basta su afán.

- ¿Cómo ha sido su día a día con la Iglesia de Jaén?

- Quiero resaltar la actitud de los laicos, del pueblo llano y santo de Dios, que han seguido con fidelidad las iniciativas pastorales. Esos laicos no existirían sin unos buenos sacerdotes, que son los animadores de una iglesia que se renueva.

- Precisamente el sínodo en una ocasión para que los laicos incrementen su participación en la Iglesia, ¿qué les pide?

- El pueblo llano tiene que tomar la iniciativa. Tiene que proponer cómo quiere a su iglesia. Plantear qué debe renovarse y decir qué es lo que ofrece.

- ¿Qué debe ofrecer la Iglesia católica?

-Necesita estar mejor situada en el mundo. Conocerlo más y saber que en determinados ambientes la secularización es galopante. Hay que llevar el Evangelio y la fe de Jesucristo a los jóvenes y a los adultos de menos edad.

- Pero, ¿debe la Iglesia aceptar los planteamientos del mundo?

-El mundo tiene su camino y la verdad es que se ha desviado de los valores evangélicos. La que tiene que tomar la iniciativa es la iglesia, que debe salir, estar cerca de la gente para proponerle la fe. La fe no se impone, se ofrece.

- Su actividad pastoral se ha caracterizado por su apoyo a quienes sufren los problemas sociales y económicos en su diócesis.

-La Iglesia tiene una opción preferencial por los pobres. Pero hay también una pobreza espiritual, interior. La de gente que tiene mucho y no sabe cómo encontrar la felicidad. Hay que descubrir todas las pobrezas, las nuevas pobrezas del hombre, para ayudarle.

- ¿Qué diría a quienes no buscan a Dios?

-Que Dios no estorba a los grandes proyectos humanos y sociales. Hay mucha gente que siente, que hace, que busca. El mejor garante de ese mundo nuevo, distinto, que busca por insatisfacción es Dios. Dios no estorba nunca al desarrollo del hombre. Al contrario, le aporta su identidad más digna.

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