ECONOMÍA
Trabajadores de la Cámara de Comercio de Jaén dejan la sede tras cinco años sin cobrar
El edificio, situado en una zona próspera de la ciudad, ha sido objeto de 12 robos desde marzo
El inodoro de un cuarto de baño, la cisterna de otro y el latiguillo de un tercero forman parte del último botín de los saqueadores de la Cámara de Comercio de Jaén, cuya sede, valorada en millones de euros, es, según la plantilla, carne de expolio por la incuria de las Administraciones . Desde el pasado mes de marzo ha sido objeto de 12 robos, cifra que previsiblemente se elevará tras abandonar la sede los 2 únicos trabajadores que permanecían en ella a pesar de que llevan 5 años sin cobrar .
Francisco de la Chica y Francisco Muñoz han anunciado al juez que rompen su relación laboral con la sexta Cámara de Comercio más antigua de España. Lo han hecho durante el juicio celebrado para reclamar sus sueldos, que oscilan en torno a 100.000 euros por cabeza , aunque se deberán conformar con la cantidad que determine por ley el Fondo de Garantía Salarial -en torno a 18.000 euros- y una exigua indemnización.
«Esta es la historia de una infamia en la que han participado todas las administraciones públicas», ha denunciado Manuel Fernández , gerente de la Cámara de Comercio en la edad dorada, cuando el organismo contaba con 53 empleados y era gestionado por empresarios de la vieja escuela, que fueron sustituidos por otros vinculados al PSOE en el marco del proceso de colonización de las instituciones que llevó a cabo la formación de izquierdas.
Los trabajadores tampoco tienen palabras amables ni para el PP ni para Ciudadanos. El nuevo gobierno de la Junta de Andalucía, lejos de resolver el problema, ha dejado morir, en su opinión, a la Cámara de Comercio, a la que le ha arrastrado su deuda, cifrada en 10 millones de euros, y la falta de compromiso político del poder autonómico con un órgano que tiene el deber de gestionar desde que hace 3 años dimitió la junta directiva.
Las llaves de la Cámara de Comercio están ahora en manos de la secretaría general de Empleo de la Junta de Andalucía, a cuyo titular se las ha entregado Francisco de la Chica, abatido por un porvenir incierto en lo laboral (tiene 56 años) y por una peripecia traumática en la Cámara, propiciada por los impagos, el ninguneo político y el cerco, cada vez más acuciante, de los atracadores. « Últimamente llevaba una cadena encima por si tenía que defenderme ».
La facilidad con la que los salteadores han desvalijado parte de la Cámara sorprende por la ubicación del edificio, que no está aislado, sino en la carretera de Madrid, a escasos metros de la zona residencial de Expansión Norte, una de las más prósperas de la ciudad , en la que no desentona la imponente fachada del inmueble, que semeja la proa de un barco, ahora varado, en cuyo interior un par de la media docena de trabajadores (los otros 4 permanecen de baja médica) han impedido la sustracción de varios enseres de valor.
De la Chica está convencido de que pronto no quedará nada dentro: Ni ordenadores, ni cobre, ni muebles . Otro trabajador, que comparte su criterio, responsabiliza a las tres administraciones de lo que ocurra desde este momento: a la Junta de Andalucía porque tiene la competencia para preservar el edificio y al Ayuntamiento y a la Subdelegación del Gobierno porque cuentan con sus respectivas policías, desbordadas por la frecuencia de los robos, para vigilarlo.
«Ya que no queda nadie, la policía tendría que estar más pendiente de esto». Esto, la Cámara de Comercio, es una parte central de la vida de Francisco de la Chica, que ha trabajado en ella durante 34 años. Y habría seguido de no ser por el desánimo. De hecho, su primera intención era quedarse, pero ha optado por la segunda: “Me voy. Ayer mismo me llamó un empresario para una gestión, pero le dije que a partir de ahora hablara con la Junta ”.