La Virgen del Rocío amanece ataviada tal y como lucía hace cien años en el día de su Coronación Canónica
La Blanca Paloma luce el traje de los Montpensier, donado por la condesa de París, Isabel Francisca de Orleans y Borbón, el rostrillo de Muñoz y Pabón, las ráfagas de puntas de martillo, además de la corona de la coronación, realizada con las donaciones de los rocieros de principios del siglo XX